San pablo Miki nació en Kioto, 1556 o 1562 proveniente del seno de una familia acaudalada, a los cinco años fue bautizado con el nombre de Pauro (Paulo) en el inició de su formación fue educado por los jesuitas en Azuchi y Takatsuki.
Tenía dentro de sus planes ordenarse sacerdote, pero este accionar no se ejecutó debido a que la única diócesis carecía de obispo. Sin embargo, un hecho histórico se gestó en el año 1587 cuando el emperador Toyotomi Hideyoshi, conquistador de Corea, transformó su actitud con los cristianos y publicó un decreto de expulsión de los misioneros extranjeros.
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La propuesta no fue tomada con la contundencia que esperaba el emperador y algunos misioneros se mantuvieron firmes y de manera incógnita en el país. Pese al ingreso en 1593 de algunos franciscanos españoles, la situación cambió y un hecho desafortunado oscureció el futuro de los enviados de Dios.
“El 9 de diciembre fueron arrestados seis franciscanos (Pedro Bautista, Martín de la Asunción, Francisco Blanco, Felipe Las Casas, Francisco de San Miguel y Gonzalo García), tres jesuitas (Pablo Miki, Juan Soan de Gotó y Santiago Kisai) y quince laicos terciarios franciscanos, a los que se les añadieron después otros dos, que eran catequistas”.
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Pero no todo terminó allí:
“Después de haberles cortado el lóbulo izquierdo, los 26 fueron llevados de Meaco a Nagasaki, para exponerlos a la burla de las muchedumbres, que más bien admiraron la heroica valentía que manifestaron sobre todo en el momento de la muerte, cuando fueron crucificados en una colina de Nagasaki el 5 de febrero de 1597”.
Antes de morir algunos alababan a Dios, otros recitaban salmos y San Pablo Miki predicaba lo siguiente:
“Y como mi Señor Jesucristo me enseñó con sus palabras y sus buenos ejemplos a perdonar a los que nos han ofendido, yo declaro que perdono al jefe de la nación que dio la orden de crucificarnos, y a todos los que han contribuido a nuestro martirio, y les recomiendo que ojalá se hagan instruir en nuestra santa religión y se hagan bautizar”.
El 5 de febrero de 1597 muere el santo y es el 14 de septiembre de 1627 que es beatificado por el papa Urbano VIII.
Oración a San Pablo Miki y compañeros mártires de Japón
Oh Dios, fuerza de los mártires, que llamaste a la gloria eterna a San Pablo Miki y a sus compañeros a través del martirio de la cruz, concédenos también a nosotros por su intercesión poder testimoniar en la vida y en el momento de la muerte, la fe de nuestro bautismo.
Por Jesucristo nuestro Señor que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
San Pablo Miki y Compañeros, ¡rueguen por nosotros!
Carlos Ramírez