El pasado viernes, se apagó la voz corista icónica del santuario de la Virgen del Perpetuo Socorro en la ciudad de San Cristóbal, el profesor Humberto José Ostos Aguilar, luego de un fuerte padecimiento de salud.
Fue admirado por la comunidad, siendo un hombre de una espiritualidad singular, católico, buen amigo, alegre y un destacado músico en el órgano y en el acordeón.
Por muchos años fue el corista, junto a su familia y amigos más cercanos, del Santuario del Perpetuo Socorro. Junto al padre Felicísimo, al padre Ángel, al Padre Demetrio, entre muchos otros sacerdotes, animaron por décadas las famosas y populosas misas de los padres redentoristas: las minervas, las misas de los niños, las de los grandes santos: San Antonio, San Alfonso; las navidades y las fiestas de la Virgen del Perpetuo Socorro.
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Su palabra llena de energía, junto a una voz suave y armoniosa, les dieron a muchas generaciones de san cristobalenses bellas jornadas de animación litúrgica.
Por más de 50 años el colegio Jorbalán disfrutó de su presencia docente y de amigo. Fue un hombre alto y excelente animador, junto a su familia, se han distinguido por su cercanía a la comunidad y por su don de gente.
Fue uno de los últimos coristas que quedaban en la ciudad capital. Quedan en el recuerdo de sus amigos y familias, sus veladas con el acordeón y esa simpática energía que busco siempre llevarnos a los pies de María del perpetuo Socorro y a la alabanza al Santísimo Sacramento del Altar.
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Mañana será trasladado hasta el Colegio Jorbalán a las 10:30 de la mañana, luego se hará la misa de cuerpo presente y su sepelio se llevará a cabo en el Jardín Metropolitano de El Mirador.
Desde Diario Católico elevamos una oración por el descanso de su alma, pedimos al todopoderoso fortaleza a sus familiares y encomendamos su alma a María del Perpetuo Socorro. Amén.