El último domingo del año litúrgico, la Iglesia celebra la solemnidad de Cristo Rey del Universo. Es el culmen del recorrido de la obra de Cristo en el transcurrir desde el Adviento, la Navidad, la Cuaresma, la Pascua, los tiempos ordinarios. En este día se exalta la grandeza de Cristo Salvador.
El padre Yorman Carrillo, párroco de la iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, el Santuario, conversó sobre la importancia y el significado de esta solemnidad para los cristianos, resaltando que “el verdadero rey de la historia es Cristo, quien ofrece, desde el amor, una visión alternativa a las realidades temporales que deshumanizan y dividen”.
Explicó que la celebración fue instituida en 1925 por el Papa Pío XI a través de la encíclica «Quas Primas» (En primer lugar), en respuesta a la creciente secularización y la pérdida de valores espirituales en la sociedad.
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“La solemnidad se celebra el último domingo del año litúrgico, un momento privilegiado para reflexionar sobre la culminación de la historia de la salvación y el reinado de Cristo en el corazón de los creyentes”. Refiere que el Papa Pío XI afirmaba que Jesús “debe ser visto como el Redentor y el Rey, quien a través de la Cruz y su Resurrección ha establecido su Reino eterno”.
El Padre Yorman afirma que, con esta institución litúrgica el Pontífice nos invitó a reconocer la soberanía de Cristo, no desde una perspectiva de poder terrenal, sino en la manifestación de su amor y servicio. Todos estamos llamados a construir este Reino desde la paz y la búsqueda del bien común.
“El santo padre quiso recordar a una humanidad cegada por la ambición, el odio y la lucha por el poder, que «Jesucristo es la piedra angular, el rey de la realeza» (1 Pedro 2,4-5) y que su reino «es un reino de verdad y de vida, de justicia y de amor, de santidad y de gracia» (1 Corintios 4,20).
Teología
El párroco del Santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro alude al significado teológico de la advocación de Cristo Rey del Universo, destacando que ella marca una diferencia sustancial y opuesta al concepto monárquico que le atribuye el mundo.
“La realeza de Cristo es radicalmente diferente a la de los reyes de este mundo. Mientras que estos tienden a reinar a través del dominio, la gestión del poder, la imposición del miedo a base de violencia y control económico, el reinado de Cristo se manifiesta a través del amor, la compasión y el servicio. El Evangelio de Mateo nos recuerda que “el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos» (Mateo 20:28).
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Es así que Dios, siendo el creador, todopoderoso, en su misericordia envió a su Hijo, quien se hizo hombre y desde la humildad de su nacimiento, hasta la entrega en la cruz, dio testimonio de compasión y de servicio.
En este sentido, el padre Yorman manifestó que en esta solemnidad de Cristo Rey del Universo se ofrece la oportunidad de revisar el concepto y lugar que ocupa Dios en la vida de los creyentes para asumir en devoción y en acción la honra que Él aspira.
“Este domingo estamos llamados a mirar a Cristo no solo como un rey en el cielo, sino como el Rey que camina junto a nosotros, quien se identifica con los pobres, los marginados y los sufrientes. El Catecismo de la Iglesia Católica señala que «su realeza se establece a través del amor y el sacrificio, y su poder se manifiesta en la entrega de sí mismo» (CIC 786).
Servicio
En su exposición, el Padre Carrillo menciona que San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, en sus Ejercicios Espirituales, propone contemplar a Cristo como rey, enfatizando que «su reino es un reino de amor y servicio, donde el verdadero poder es la entrega total al bien del otro». “Esta visión nos impulsa a vivir nuestra fe como un servicio hacia los demás, recordando que no hay mayor amor que dar la vida por los amigos”, señala.
Además refiere que el también Jesuita, Cardenal Henri de Lubac, al referirse a la realeza de Jesucristo dijo que «la grandeza de Cristo no se encuentra en el trono que ocupa, sino en la cruz que lleva; su realeza emerge en su capacidad de amar, incluso hasta el sacrificio». Este concepto es fundamental para entender que su reino es accesible a todos, especialmente a aquellos que se sienten perdidos o desamparados.
“La celebración de la Solemnidad de Cristo Rey del Universo es, por tanto, una invitación a cada uno de nosotros a vivir esta realeza en nuestra vida diaria. En un mundo que a menudo confunde poder con dominio, nos llama a ser servidores en todas nuestras relaciones, en acciones concretas de amor hacia los demás, así como en un compromiso con la justicia social y la paz”.
Ana Leticia Zambrano