La tragedia ocurrió el viernes 4 de julio, cuando el río Guadalupe, desbordado por lluvias torrenciales, subió de manera inédita ocho metros en apenas 45 minutos, se salió de su cauce y arrasó con los campistas que dormían y con personas que celebraban el Día de la Independencia en casas rodantes, las cuales fueron arrastradas por el agua