También los mártires Ignacio Choukrallah Maloyan, arzobispo católico armenio de Mardin, muerto durante el genocidio de 1915, y Pedro To Rot, laico y catequista, asesinado en 1945 por haber continuado su apostolado a pesar de la prohibición impuesta por los japoneses
“La canonización de los dos beatos es una meta que se alcanza tras un proceso. Qué bonito que los dos llegaron en el mismo año, en un año santo. Además, fue el último regalo que nos dio el papa Francisco a Venezuela. Es un camino propuesto para todos, ¡Santos para todos!”