La Constitución Universi Dominici Gregis, establece, que el Cónclave debe celebrarse en el territorio de la Ciudad del Vaticano. El lugar de residencia de los cardenales durante el Cónclave será la Domus Sanctae Marthae
Conscientes del peso de la responsabilidad que recae sobre sus hombros, los purpurados hacen un llamado explícito a la oración del pueblo cristiano. "La oración —afirman— es la verdadera fuerza que favorece la unidad en la Iglesia, uniendo a todos los miembros en un solo Cuerpo, el de Cristo"
“En un momento tan cargado de consecuencias para la Iglesia”, como el de la elección del Pontífice, es necesario recomponer alma, mente y corazón en torno a la persona de Jesús: es Él, en efecto, a quien la Iglesia “está llamada a anunciar y testimoniar al mundo"
“Teniendo en el corazón el bien de la Iglesia, a la que he servido y seguiré sirviendo con fidelidad y amor, así como contribuir a la comunión y serenidad del Cónclave, he decidido obedecer como siempre he hecho a la voluntad del Papa Francisco de no entrar en el Cónclave permaneciendo convencido de mi inocencia”
“Toda la Iglesia, unida a nosotros en la oración, invoca constantemente la gracia del Espíritu Santo, para que sea elegido por nosotros un digno Pastor de todo el rebaño de Cristo”