La Tradición no se limita solo a un decir. Tiene su efecto sacramental que adelanta en el tiempo y en la historia el banquete del Reino de Dios en la eternidad.
La solemnidad del Corpus Christi, con la procesión con la hostia consagrada, es una de las fiestas más sentidas y uno de los momentos de oración más intensos. Esta celebración recuerda la presencia real de Jesús en la Eucaristía