Durante la homilía, monseñor reflexionó sobre la esperanza, cuya virtud es fundamental de este Jubileo Universal. Resaltó que es necesario ser peregrinos de esperanza, peregrinos que luchan por los derechos, como el derecho a la educación
“Ya están previstos otros momentos con la reliquia del Beato porque queremos que todo el territorio diocesano se prepare para el gran y hermoso acontecimiento de la canonización que viviremos en la Plaza de San Pedro el próximo 27 de abril”
Cada diácono debe ser llamado por Dios a servir en este ministerio, cuya vocación es identificada y alimentada a través de la oración, el discernimiento, el estudio, y la comunicación abierta con la esposa, los hijos, el párroco, los amigos y los feligreses de la parroquia