“El médico venezolano siempre ha tenido como una impronta hacer el bien y no esperar mucho a cambio. Es sacrificado el ejercicio de la profesión y el que estudia esto, sabe que es así. La formación no es fácil, requiere mucho tesón, y el renombre de un médico se gana con el tiempo, no de la noche a la mañana. Esa es la trayectoria”
“Es necesario impregnar la vida de evangelio, poniendo en práctica las obras de misericordia y construyendo desde la vocación de cada uno, una mejor Venezuela”