Este grupo de jóvenes estaba integrado por tres jesuitas, entre los que se contaba San Pablo, y 23 franciscanos, de los cuales 6 eran religiosos y el resto laicos
En su homilía monseñor destacó la importante de crecer como un niño, donde se pueda abrir la mente y corazón a Dios para estar cerca de Él y poder recibir su amor e infinita misericordia
Durante la homilía, monseñor reflexionó sobre la esperanza, cuya virtud es fundamental de este Jubileo Universal. Resaltó que es necesario ser peregrinos de esperanza, peregrinos que luchan por los derechos, como el derecho a la educación
“Ya están previstos otros momentos con la reliquia del Beato porque queremos que todo el territorio diocesano se prepare para el gran y hermoso acontecimiento de la canonización que viviremos en la Plaza de San Pedro el próximo 27 de abril”