El 27 de año de 1990, junto con mis hermanos Ubaldo Santana y Diego Padrón recibí de manos del recordado Cardenal José Alía Lebrún, la consagración episcopal. Fuimos elegidos por Juan Pablo II. Pasé 5 años y medio en Caracas como Auxiliar, luego 3 años y medio en Los Teques y desde el 18 de junio de 1999, como Obispo de San Cristóbal
Su paso por la Diócesis de San Cristóbal se caracterizó por su servicio pastoral, una profunda actitud positiva y apoyo al seminario, una continua búsqueda por las vocaciones, atención a las parroquias y una continua visita y trabajo conjunto con las comunidades más vulnerables del estado y de todas las áreas donde la diócesis cubre con su manto
De los 50 años de sacerdocio, la mitad de ellos los ejerció en la Diócesis de San Cristóbal, y en el próximo mes de junio Mons. Mario cumplirá 26 años de su llega a esta Iglesia Local
El Maestro, que enseñaba en el Templo, se dirige a la mujer para preguntarle si había alguien que la condenaba. Ella respondió de acuerdo a lo que había pasado al final del evento. Jesús, mostrando plena misericordia ante ella, le da una lección: “Yo tampoco te condeno”, a la vez que le pone un desafío: “Vete y no vuelvas a pecar”
El maestro nos transmite la realidad de la reconciliación a través de una de sus parábolas. El hijo menor, envalentonado por su juventud, pide la parte de su herencia y se va a correr el mundo. Allí pierde todo y no le queda más que reconsiderar y decidir volver donde su padre