El obispo de la Diócesis de San Cristóbal destacó que el Santuario será un lugar de oración incesante y “confiadamente por el aumento de las vocaciones sacerdotes y por la santificación de los sacerdotes en obediencia a la invitación del Señor”
La lucha para esta construcción fue ardua, pues para encontrar mano de obra, muchos desistían de laborar, por miedo a la altura, algunos sufrían de vértigo y otros le temían al peso de los ladrillos de diferentes formas y tamaños, los cuales variaban entre 16 y 20 Kg