“En un momento tan cargado de consecuencias para la Iglesia”, como el de la elección del Pontífice, es necesario recomponer alma, mente y corazón en torno a la persona de Jesús: es Él, en efecto, a quien la Iglesia “está llamada a anunciar y testimoniar al mundo"
Los cuatro sellos representan el Pabellón de la Sede Apostólica sostenido por ángeles, bajo el cual figuran las llaves decusadas. En cada sello aparecen las inscripciones: «Sede Vacante MMXXV», «Ciudad del Vaticano» y el valor correspondiente
“Toda la Iglesia, unida a nosotros en la oración, invoca constantemente la gracia del Espíritu Santo, para que sea elegido por nosotros un digno Pastor de todo el rebaño de Cristo”
El período de sede vacante lo regula actualmente la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis (todo el rebaño del Señor), del 22 de febrero 1996 del Papa Juan Pablo II y actualizada por el Papa Benedicto XVI en el Motu Proprio “Normas nonnullas” del 22 de febrero de 2013
La misión también fue un tema central. En efecto, la “misionariedad”, invitación recurrente en textos y homilías, fue de la mano de la “sinodalidad”, otro término que resonó tantas veces en estos doce años
No se puede “permanecer indiferente» ante el “drama” de la trata, que hoy, en todo el mundo, “se cobra millones de víctimas”, “no se detiene ante nada” y “encuentra siempre nuevos modos de insinuarse en nuestras sociedades”