La Universidad Católica del Táchira celebró este jueves 20 de mayo el inicio del Año Ignaciano junto a la Compañía de Jesús, para conmemorar el quinto centenario de la conversión de San Ignacio de Loyola. En la ceremonia, la UCAT también recibió con júbilo la visita de la Reliquia del Beato José Gregorio Hernández.
La Misa fue presidida por el Gran Canciller de la UCAT y Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, acompañado de su Obispo Auxiliar, Mons. Juan Ayala; el Rector de la UCAT, presbítero Javier Yonekura; el Vicerrector Académico, presbítero Ricardo Casanova; los Padres Jesuitas de la Comunidad San Pedro Fabro al servicio de la Universidad, y, miembros del presbiterio diocesano.
“San Ignacio no deja de ser el hombre inteligente, el hombre capaz, el hombre de dirección, pero que sí, con su herida reconoce que debe estar al servicio de Dios, que no es el mundo el criterio con el cual él debe servir, y por eso en su conversión y lo podrán testimoniar miles y miles de estudios, en su conversión se lanza a una obra que aún hoy perdura”, expresó el Obispo en la homilía.
Indicó también monseñor Moronta que, “la obra de la Compañía de Jesús que está llamada en todo momento a Amar y Servir, y ahí está la clave. Pero para amar y servir en todo se requiere la humildad, que la humildad, repito, no es rebajarse por rebajarse, sino reconocer que los otros son iguales y hasta más grandes, como el Señor lo hizo con el lavatorio de los pies”.
El Prelado también destacó la presencia de la reliquia del Beato José Gregorio Hernández, de manera especial el testimonio de su vida cristiana: “el hombre sencillo, el hombre de la alegría, el hombre de Iglesia, el hombre de la oración, y el hombre del servicio a todos y en particular a los más necesitados”.
Al final de la Eucaristía el padre Javier Yonekura, Rector de la UCAT, agradeció a los Obispos, sacerdotes, y miembros de la comunidad ucatense que participaron con devoción de la Eucaristía, invitándolos también a seguir el ejemplo de San Ignacio de Loyola y el Beato José Gregorio Hernández. (Prensa UCAT)