“En su largo viaje al martirio, en las ciudades donde se detenía mientras era trasladado a Roma, reforzaba a las Iglesias con predicaciones y exhortaciones (…) escribió siete cartas a las Iglesias en las que trata sabia y eruditamente de Cristo, de la constitución de la Iglesia y de la vida cristiana”
La Tradición refiere que María Santísima se apareció a Santo Domingo de Guzmán, el fundador de la orden de Predicadores, en el año 1208 y le enseñó a rezar el rosario. Domingo había pasado varios días orando por la conversión de los albigenses
San Francisco renunció a los bienes materiales y se refugió en la iglesia de San Damián, cuya estructura estaba en ruinas. Oraba pidiendo luz sobre lo que debía hacer para cumplir la voluntad de Dios
l nombre de María, asociado al de Jesús, aglutina todo bien y de solo pronunciarse los temores se dispersan. Por María entró la salvación al mundo y por ella la mujer es devuelta con creces al sitial que le corresponde: el lugar más alto sobre el cielo y la tierra