Hacer referencia a Santa María Magdalena es exaltar a una de las fieles seguidoras de Jesucristo quien a través de todos sus medios forjó un apoyo a las enseñanzas que hoy día instauran la religiosidad y fe de aquellos que forman parte de la iglesia.
Varios Pontífices describieron cómo desde la época del Antiguo Testamento los profetas y religiosos que habitaban en el Monte Carmelo en Palestina, honraban a la Madre de Dios aun antes que naciera, es decir, así como esperaban al Mesías, aguardaban a la elegida del Padre para traerlo al mundo, según refiere María García de Fleury en el texto “La Virgen del Carmen es Venezuela” (Panapo 1996).
Los santos reconocidos como los guías en el camino a Dios representan la columna espiritual de la iglesia por ser los encargados de exteriorizar la senda que nos acerca a la fe y a la entera necesidad de seguir los pasos que Dios desde su inmensa sabiduría e indulgencia nos muestra.
La obra del Pan de San Antonio es tal vez la más antigua obra caritativa de la Iglesia católica de las que hoy existen y una de las más importantes instituciones sociales no gubernativas del mundo.