“Luego el sol volvió a su sitio y los miles de peregrinos que tenían sus ropas totalmente empapadas por tanta lluvia, quedaron con sus vestidos instantáneamente secos. Y aquel día se produjeron maravillosos milagros de sanaciones y conversiones”
Ocurrió entonces que un comerciante de telas, robó el cuadro y partió con él destino a Roma. Durante el viaje se desató una fuerte tormenta por lo que el comerciante elevó la imagen de Nuestra Señora, implorando su ayuda. Inmediatamente la tormenta cesó y los viajeros pudieron llegar a su destino
La imagen de la Inmaculada Concepción, presenta a la Virgen vestida de blanco con un manto azul y debajo de sus pies una serpiente. Esta escena refiere la promesa de la redención contenida en el libro del Génesis
El 16 de julio de 1251, Nuestra Señora se le apareció a Simón Stok, superior de los Carmelitas que se habían refugiado en Inglaterra, y le entregó el escapulario. Le dijo “(…) el que muera con él no padecerá el fuego eterno. Ésta es la señal de salvación, salvaguarda en los peligros y prenda de paz y de alianza eterna”
La devoción por Nuestra Señora se propagó y los milagros continuaron. La historia narra que el hallazgo del lugar exacto de la aparición fue un hecho explicable solo a la luz de la fe. Allí se encuentra hoy el Santuario Nacional Basílica Menor de Nuestra Señora de Coromoto, que fue inaugurado por San Juan Pablo II el 10 de febrero de 1996