El relicario de la Virgen de la Consolación data de hace más de 300 años lo cual lo ubica como el más antiguo de Venezuela, historiadores y presbíteros aducen que el haberse mantenido intacto luego de la guerra de la Independencia, la guerra Federal y todas las confrontaciones que se gestaron en el país le dan un cariz místico de protección a todos lo que se refugian en la fe que les da la madre de los Andes.
La feligresía día a día entrega ofrendas a la Virgen de La Consolación, los milagros obrados por la patrona del Táchira son innumerables motivo por el cual, el museo en su nombre, es en la actualidad uno de los más representativos, visitados y respetados.
Con motivo de los 423 años del milagro de la imagen de Nuestra Señora de la Consolación, el pueblo del Táchira se pone en camino para encontrarse con la Madre del cielo y agradecer su auxilio en un acto de veneración, con la confianza puesta en que Dios nos bendice a través de ella.
El cariño y la devoción de los fieles hacia el Cristo del Rostro Sereno y su Santísima Madre, se evidencian en cada gesto y actividad en torno a su fiesta y uno de los detalles hermosos de estos días lo constituyen los arreglos florales que engalanan los templos y el camarín o estructura de madera que cobija la imagen.
Desde hace 29 años la Fundación Posaderos del Peregrino cumple con una de las labores de mayor importancia durante la conmemoración del Santo Cristo de La Grita, la cual se resume en la atención, resguardo y cuidado de aquellos que llamados por la fe y la esperanza convertida en petición visitan la capital del municipio Jáuregui cada 6 de agosto.
El paño de pureza o perizoma es una pieza representativa que año tras año es motivo de interés para el Santo Cristo de La Grita, primero porque representa el cumplimiento de una promesa generada a partir de un favor recibido y, segundo, es la marca inconmovible de un año más de conmemoración al patrono del estado Táchira.