“Él se convierte en el Cireneo que nos ayuda a cargar nuestros propios dolores. Dejemos que Cristo cargue aquello que nos pesa y ayudemoslos a cargar su cruz en esta Semana Santa”
La meditación a lo largo de las estaciones se centró en valorar el sacrificio de Jesús para ganar la vida eterna a la humanidad y recordó que en el tiempo actual, el dolor de Cristo permanece en los enfermos, los necesitados, los privados de libertad, las familias separadas, los migrantes, las víctimas de la guerra y de tantas acciones que atentan contra la dignidad humana
Monseñor animó en la fe a los habitantes de esta comunidad y durante su homilía, comentó la importancia de enjugar la vida, la comunidad y las familias con el amor de Dios
En el sacramento, el penitente abre su corazón al Señor para mostrar su arrepentimiento sin importar sí las faltas son graves o leves, para así obtener la purificación