A pesar de venir al mundo sin su brazo izquierdo, Madre Carmen creció entre sus hermanos con independencia y espíritu de liderazgo, dando ejemplo a su familia para sobrellevar su condición, la que jamás le impidió desarrollarse
El Maestro, que enseñaba en el Templo, se dirige a la mujer para preguntarle si había alguien que la condenaba. Ella respondió de acuerdo a lo que había pasado al final del evento. Jesús, mostrando plena misericordia ante ella, le da una lección: “Yo tampoco te condeno”, a la vez que le pone un desafío: “Vete y no vuelvas a pecar”
En el acto de instalación, el rector de la UCAT, presbítero Javier Yonekura, recordó que desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia ha reconocido la necesidad de apoyar la labor pastoral sumando los conocimientos de la ciencia "para un mejor servicio a la construcción del Reino de Dios"