“Sigamos rezando por la paz. La guerra es siempre una derrota, desde el principio. Recemos por la martirizada Ucrania, por Tierra Santa, Sudán, Myanmar y dondequiera que la gente sufra por la guerra, recemos a diario por la paz”
La Carta Olímpica enuncia el principio de la centralidad de la persona en su dignidad y se compromete a contribuir a la construcción de un mundo mejor, sin guerras, educando a los jóvenes mediante el deporte practicado sin discriminación, en un espíritu de amistad y solidaridad
El Papa elogió al purpurado por su gran "capacidad de comprender y de perdonar", cualidades preciosas en su nueva función, en la que está llamado a ser "expresión del rostro misericordioso del Padre"
En un mundo marcado por el choque de las armas, la muerte, la destrucción, el odio al prójimo, el hambre, la "deuda ecológica" y la baja natalidad, el papa ha querido extender el bálsamo de la esperanza.