En medio de la pandemia el temor se apoderó de la comunidad internacional, nacional y regional, todo se vio afectado y la nueva realidad colapsó las economías domésticas y con ello, despegaron innumerables modus operandi para salir a flote en los meses de crisis y fue allí, que las calles comenzaron a activarse con los pasos de los emprendedores que puerta a puerta ofertaron sus productos anclados en la calidad, precios y fe.
Adriana Olivares, bailarina profesional, ingeniera agrónoma, docente y una emprendedora innata comenzó junto a una de sus vecinas a transitar las calles de la comunidad de Caneyes en el municipio Guásimos, su intención llevar a sus vecinos la producción de tortas, las cuales además de brindar un dulce sabor venían colmadas de la energía que solo la gente de bien puede construir.
“El 4 de mayo de 2020 arrancó la venta en la praxis de ensayo y error con una sola torta que hice para la casa con mi vecina y decidimos probar para saber si gustaba (…) la promoción comenzó con los vecinos y mis hijos diciendo a todos sobre el producto”.
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Olivares, quien no poseía conocimiento más que el de su intelecto para repostería recuerda que recorrían las calles de la comunidad en pleno desarrollo de la pandemia, con sumo cuidado, por la grave situación, se atrevió junto a una compañera a presentar el producto, este accionar forma parte del ímpetu que denota en cada palabra y que desde niña fue consolidado con un seudónimo: la turca.
“En una tacita doce tortas mi amiga y doce tortas yo y salíamos caminando una al lado de la otra íbamos ofreciendo (…) ella era tímida pero juntas dimos el primer paso para consolidarnos (…) la gente nos decía que no tenían dinero pero nosotros queríamos dar a conocer el producto y por eso les dábamos la prueba para que nos dijera que podríamos mejorar”.
Esta iniciativa que ha desplegado a lo largo de su vida es la que hoy día puede cristalizar con el éxito de sus productos, la profesional en distintas áreas y menor de una familia de tres hermanos reitera que desde siempre se ha valido de sus cualidades de ventas para obtener los recursos propios.
“Desde niña hacía tortas y las ofrecía con limonada, los limones que le quitaba a mi papá y vendía en las áreas comunes del urbanismo donde vivíamos (…) ya cuando me adentré al mundo de las danzas con un poco más de edad investigue y con el apoyo de una amigas conseguí recetas para hacer galletas y también ofrecía mi producto”.
La idea
Lo que en un principio nació de la iniciativa de dos amigas se fue transformando a una actividad familiar que sustenta un hogar de cuatro integrantes, Jhonny Vidal (esposo) Camila Vidal (hija) David Vidal (hijo) y Adriana Olivares, todos enfocados en la producción y distribución de las tortas y toda clase de productos alimenticios que los usuarios requieran.
“Yo me encargo de la preparación general de los productos, mi esposo es la parte de las salsas porque también hacemos alimentos salados, mi hijo David ayuda en la búsqueda de los productos y todo lo que se requiere en el momento de la producción y mi hija Camila es la encargada de la promoción por redes sociales para la distribución todos estamos involucrados (…) todos somos un equipo, el equipo de Versátil Gourmet”.
El boca a boca ha sido nuestro mejor aliado en la venta de la producción, asegura Olivares, quien expresa que en mediano plazo se expanda el emprendimiento y se instaure en otra zona de mayor acceso para todos.
“Queremos expandirnos con una distribuidora de repostería y cambiar el sitio de elaboración con un local en la capital del estado donde podamos tener el taller de repostería, hacer las tortas y que se realice la distribución de allá sumado a la venta de productos del rubro (…) también queremos fundar una escuela para principiantes en la producción de tortas y todo tipo de alimentos”.
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En el marco del aporte que quieren brindar desde Versátil Gourmet, un emprendimiento nacido de una necesidad de avanzar está la de presentar al público una realidad sensata que basan en afirmar que para elaborar productos de calidad y con un sabor insuperable no se requieren, en la mayoría de los casos, materia prima costosa.
Olivares aduce que buena parte de la consolidación de su producto en el mercado se basa en el sabor, la calidad, el precio y sobre todo esa necesidad de vender un postre que alegre la vida, que anime, que sirva de excusa para una sonrisa.
“Nosotros preparamos todo los relacionado con el dulce, tortas por porciones y completas, pasapalos salados en todas sus variedades (…) sin embargo, el producto rey del emprendimiento es con el cual se inició todo el cheesecake, el cual tiene seis sabores y otras variedades”.
Objetivos
Olivares asegura que aún existen posibilidades de desarrollo en el país con la presencia de personas con talento, reitera que se debe continuar sin importar las adversidades y que con trabajo arduo se logran los objetivos.
“Dios nos da habilidades no solamente a nivel académico sino otras innatas, que nos gustan (…) en mi caso comencé como bailarina que fue con la cual ingresé al ministerio a dar clases, luego como ingeniera agrónoma, donde me gustaba todo lo que podía hacer en este ramo (…) pero siempre en mi reinó la pasión por la cocina (…) nosotros tenemos diferentes lenguajes del amor y el amor es el tiempo que se le dedica a algo, en mi es atender, cocinar algo rico (…) siento que a través de la comida puedo darle a esa persona una palabra de aliento, hacerla sentir mejor”.
Es por ello, aclara, que se pueden tener los mismos ingredientes, las mismas recetas pero es el amor que se le da a cada producto terminado el que lo diferencia, “nosotros generamos empatía, generamos un sabor particular”.
Yo no veo a mis clientes solo por querer vender sino que forjó un lazo que va desde conocer sus gustos (…) ninguna torta es igual porque veo a la persona y sé lo que quiero darle, darle ese regalo, ese detalle (…) es por eso que Versátil Gourmet es buscar una empatía es darle una alegría a las personas a través de un dulce y con eso darle un mensaje de que si se puede aún en los peores momentos”.
Carlos A. Ramírez B.-
