SABATINO DIOCESANO
Marcaba el reloj las doce del mediodía cuando sus más cercanos colaboradores se acercaron a su habitación para indagar la ausencia y el silencio del sacerdote, pues era de costumbre que celebrara la Eucaristía por la mañana, ellos asumieron que había amanecido con quebrantos de salud y por eso no había salido de su habitación, pero al entrar al dormitorio encontraron el cuerpo sin vida de quien fuera su párroco, estrangulado y atado de pies y manos.
El trágico acontecimiento se dio en la Parroquia de San Antonio del Táchira un 30 de noviembre de 1996, el Sacerdote estaba a punto de cumplir sus 43 años de vida. Había estudiado en el Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino, fue ordenado sacerdote en 1983 por Mons. Alejandro Fernández Feo y era natural de Táriba, siendo su parroquia San Juan Bosco de Táriba.
En su residencia familiar y posteriormente en su parroquia de Táriba fue velado en capilla ardiente, en esta última se realizó la Eucaristía de Exequias, a la que asistieron 3 Obispos, 112 sacerdotes, 21 diáconos, seminaristas, religiosos y un multitudinario rio de personas. Luego en solemne procesión y llevado a hombros por sus hermanos sacerdotes fue trasladado el féretro al cementerio municipal de Táriba.
Luego de 24 años de este lamentable suceso, elevamos un plegarían al Señor para que premie las buenas obras de este Sacerdote tachirense, que sirvió como párroco en Zorca, en la Unidad Vecinal y Capellán de La Dirsop. Le recordamos porque es Sacerdote para la Eternidad, y al hacerlo nos adentramos en la riqueza histórica de nuestra Iglesia Diocesana.
Carlos Peña