José Antonio Gil Yepes, director de Datanalisis, manifestó que le llamó la atención que el gobierno de Nicolás Maduro estableciera que un lote de la nueva gasolina se venda a precio internacional, mientras que algunos dirigentes de oposición argumentan que no debe fijarse a ese precio, debido a que la mayoría de los venezolanos no tiene con qué pagarlos.
“El problema no es que los precios de la gasolina y de otros productos de consumo masivos sean referidos en dólares; el problema es que la mayoría no gana lo suficiente para pagarlos”, aseveró Gil Yepes.
A su juicio, los gobiernos, en lugar de implantar las políticas económicas que permitan que los ciudadanos tengan mayores ingresos, lo que hacen es vender productos o servicios del Estado por debajo de su precio de mercado y hasta por debajo de los costos de producción o controlar los precios de las empresas privadas. “Por muchas décadas, los gobiernos han engañado al pueblo, y el este último se ha dejado engañar”.
Recalcó que estas políticas son absurdas y reaccionarias porque no permiten expandir la cobertura de mercado a segmentos de la población que no reciben esos bienes o servicios, “su producción se deteriora y terminan desapareciendo, como ocurre con la gasolina, la electricidad y el agua y, así, veremos el día que el Metro de Caracas deje de funcionar”.
Consideró “absurdo y reaccionario” controlar los precios de los bienes y servicios que ofrecen las empresas privadas por las mismas razones y porque esto condena a los trabajadores y propietarios de esas empresas a recibir remuneraciones ruines y bloquea la inversión y creación de nuevos empleos.
“Si la solución es elevar los sueldos en vez de bajar los precios, necesitamos identificar por qué los sueldos no alcanzan y por qué más de un 50% de la fuerza laboral venezolana es informal”.
Asimismo señaló que la razón por la cual los sueldos no alcanzan, se debe a la inflación (la mayor del mundo) y la baja productividad por trabajador. “Estas limitaciones tienen tres causas: la monetización del déficit, creación de dinero inorgánico, sin respaldo en la economía real; la sobrevaluación de la moneda, que crea ventajas a las importaciones contra la producción nacional y la caída de la inversión, empleo y producción privada”.
Explicó que esta secuencia es reforzada por el “error político” de echarle la culpa de la inflación y del desempleo a las empresas privadas, para justificar dos situaciones más: “controlar los precios y declarar la inamovilidad laboral; esta salida no sólo es inicua contra la empresa y sus trabajadores sino también contra los desempleados y trabajadores informales que, por esa vía, nunca van a conseguir un empleo ni salarios dignos”.
Gil Yepes, señaló que unas soluciones clave para la insuficiencia de los sueldos, “son la liberación de los precios, bajos aranceles y la dolarización de la economía para eliminar la potestad de quien nos gobierne de monetizar el déficit fiscal y de sobrevaluar el valor del bolívar frente al dólar”.
Añadió que “afortunadamente” se ha avanzado en la liberación de precios y en la dolarización; “pero, estamos particularmente rezagados en la dolarización de los salarios. Esa es nuestra mayor deuda social como nación y hacia allí necesitamos marchar si queremos evitar más sufrimientos entre los menos favorecidos, diversificar nuestra producción, fuentes fiscales y exportaciones”.
Consideró que la aplicación de estas políticas realistas, “es auto saboteada” por la creencia de la mayoría de los políticos, quienes aseguran que es necesario proteger a los pobres en contra de estas realidades. “Pues se engañan los políticos que piensan así, la mayoría de los ciudadanos están claros de que los están engañando cuando los protegen contra esa realidad”.
En ese particular, mencionó que el ejemplo más patente de que el ciudadano está claro de lo que hay que hacer, “es que el 78% de ellos piensa que, cada vez que decretan un aumento del salario mínimo, su poder de compra va a caer, en lugar de crecer; lo mismo ocurre cuando se pregunta cuál es el efecto esperado de un nuevo control de precios, el 64% opina que los productos van a desaparecer, serán bachaqueados y subirán de precios”.
Informó que recientemente, Datanalisis realizó un estudio donde preguntaron sobre la distribución y precio de la gasolina, “si estaría de acuerdo con la privatización de la importación y distribución de la gasolina, aunque eso significara que se vendiera a precios internacionales, y para nuestra sorpresa, 67% de los respondientes están de acuerdo; mientras que solamente el 27% está en desacuerdo; y cuando preguntamos por el responsable de la escasez de gasolina, el 66% opina que se debe a la destrucción de la industria petrolera por el gobierno de Maduro, solamente el 17% piensa que se debe a las sanciones norteamericanas; y un magro 8% dice que se debe a la acción de la oposición liderada por Juan Guaidó.
Finalmente, Gil Yepes acotó que el mejor de todos estos mensajes, es que “para cambiar las políticas económicas ruinosas socialistas, populistas y demagógicas ni siquiera tenemos que educar al pueblo porque ya se educó a sí mismo observando los disparates que hemos vivido por demasiados años; a quienes tendríamos que reeducar es a esa mayoría de políticos del gobierno y de la oposición venezolana cuyos prejuicios ideológicos o intereses por evitar el crecimiento de la empresa privada y de los trabajadores no les permiten pensar o ser sinceros”.