En estos días de lluvia terminamos naufragando en un silencio. En esta estación, el viento susurra una canción triste y con el azote de su lengua helada nuestros ojos se convierten en páramo reseco. En este momento de lluvia levantó vuelo a la infinita patria azul del cielo NELLY NUÑEZ DE ARAUJO. Partió en la embarcación de una vida cargada de realizaciones, la destacada Médico Pediatra que además ejercía con acierto la Presidencia del Colegio de Médicos y con quien compartimos hermosas jornadas de lucha por la libertad y la justicia social. Se fue en la metáfora de la coherencia. Se marchó a la tierra prometida, a esa tierra que es tan suya. Con ella peregrinamos muchos desiertos al ritmo de nuestra hermandad.
Se marchó la eterna luchadora, la mujer idealista y soñadora cuya existencia siempre sintió el tirón de su corazón hacia los más necesitados.
Partió justo en la hora, cuando en Venezuela la salud está en terapia intensiva porque sólo cuenta con el heroísmo de los médicos y los trabajadores de la salud. Estas dolencias e indisposiciones le causaban graves heridas en su corazón pues ella sentía que sobre los servicios de salud caen intensos aguaceros y una enorme pesadumbre abraza los pliegues del alma.
Intentamos decirle «Adiós» a esta mujer que devolvía la salud a los niños, que resucitaba la fe de los padres, que renovaba la esperanza de los nonos.
Pero… ¿Cómo se le dice adiós a alguien de quien que no nos queremos despedir?…
Hoy llueve y tengo la voz nublada por palabras grises con sabor de tormenta. Llueve y junto a la obstinada llovizna el viento frío nos cuenta que NELLY NUÑEZ DE ARAUJO, se vistió de ausencia
A pesar de la lluvia, sé que hay un sol al acecho y que la frescura planea vestirse de arcoíris. Ella partió en medio de la lluvia, con la seguridad de llegar al puerto donde siempre hay buen tiempo, porque se vive en eterna primavera. Se vistió de cielo y cruzó limpiamente las nubes grises. Acá en la tierra nos quedamos desenredando su silencio, desmadejando ráfagas de aire y guardando el brillo de sus lecciones de vida. Esa fue la eterna enseñanza de la existencia de la Doctora NELLY NUÑEZ DE ARAUJO, una mujer que era capaz de hacer milagros pues cuando atendía a un niño vestido de otoño, con sus manos milagrosas transformaba esa estación en primavera.
En cada parto y en cada alumbramiento aparece el asombroso misterio de la vida. En cada parto, ese acto tan natural, tan noble, tan sublime es la eterna evidencia de la confianza del ser supremo en las personas y ese mismo Dios envía profetas como la Doctora NELLY NUÑEZ DE ARAUJO, que fue su mensajera para cuidar y proteger esas tiernas y frágiles existencias.
En estos días, uno de los ángeles más puros y buenos de los que habitan las moradas celestiales sintió un fuerte dolor abdominal. El pequeño le comunicó al creador que tenía «Dolor en la pancita». El Dios Padre, siempre tan preocupado por los más frágiles y por los más débiles llamó a la Doctora NELLY NUÑEZ DE ARAUJO. Ella se marchó y a esta hora anda curando angelitos por las barriadas del cielo.
Hoy llueve y tengo la voz nublada por palabras grises con sabor de tormenta.
Llueve y junto a la obstinada llovizna el viento frío me cuenta que NELLY NUÑEZ DE ARAUJO se vistió de ausencia. Ahora anudamos los sonidos estridentes de la dura realidad y sentimos envidia. Ella ya disfruta de las armonías de los coros celestiales, porque fue una mujer que entregó toda su confianza en Dios, en ese Dios que según ella la miraba desde el cielo, que de tanto llover estaba cerca, que regaba el mundo de esperanza para que germinara en obras buenas. Por eso esta es la hora de cantar un «REQUIEM POR UNA LÁGRIMA»
Felipe Guerrero
felipeguerrero11@gmail.com