Durante los 9 meses de pandemia por COVID-19 en la zona sur del estado Táchira se registraron un total de dos mil horas de suspensión de la energía eléctrica, en 615 cortes, a razón de dos o tres bloques por día, así lo aseguró Erwin Gómez, directivo y activista de FundaRedes, quien informó que llevaron un registro detallado de este servicio en los municipios Fernández Feo, Torbes y Córdoba.
Gómez detalló que los activistas de FundaRedes adelantaron un monitoreo de las fallas en el acceso al servicio de energía eléctrica, situación que afecta a todos los ciudadanos, e impide el cumplimiento de las actividades diarias, el trabajo, el estudio, e incluso la producción y preservación de los alimentos.
En tal sentido se llevó adelante un registro de cada una de las interrupciones de la energía eléctrica en esta zona del Táchira, teniendo como resultado las más de 2 mil horas sin luz, que evidencian que la población estuvo sometida al confinamiento por la pandemia con el adicional de no contar con electricidad en sus viviendas.
También las fallas de electricidad en la zona sur del Táchira, afectaron gravemente durante el 2020 las labores de unidades agroalimentarias, ya que en estos municipios se centra la producción de lácteos, bovinos, y otros rubros, que luego son distribuidos al resto de Venezuela, y gran parte de los equipos y maquinarias usados por los productores requieren de electricidad.
Erwin Gómez destacó que en municipios como Ayacucho y Junín (Zona norte), las interrupciones documentadas entre los meses de abril, mayo, junio y julio, arrojaron que estas poblaciones tienen mayores dificultades con la energía eléctrica, ya que pasaron 46% del tiempo sin luz, lo cual se traduce en que, de cada mes, estuvieron al menos 15 días completos sin el servicio.
El activista por los derechos humanos enfatizó que, debido a las graves fallas en la electricidad que se presentan en el estado Táchira, los objetivos de la educación en línea en tiempos de pandemia no han podido cumplirse.
“Desde el Ministerio de Educación han indicado que ha sido exitoso el proceso de enseñanza aprendizaje desde las casas en época de aislamiento social por prevención del COVID-19, pero las faltas de energía eléctrica evidencian que esa afirmación no es real, y en su lugar, tanto estudiantes como docentes no han podido desarrollar sus labores debido a esta problemática” enfatizó Gómez.
También recordó que los centros de salud se ven fuertemente afectados para la atención de los pacientes, cuando se producen las fallas de energía eléctrica y no cuentan con plantas, o insumos necesarios para poder encender los equipos, situaciones que representan graves vulneraciones a los derechos de los ciudadanos.
Al respecto, Erwin Gómez exhortó a las personas al frente de las instituciones del Estado venezolano, a cumplir su trabajo y recordó que es un deber contemplado en la legislación y en los derechos de los ciudadanos, garantizar el acceso a todos los servicios públicos, de calidad y en igualdad de condiciones. (Prensa FundaRedes).