Ing. Pbro. Sergio Suárez Pérez
Párroco de la Parroquia Divino Maestro – UNET
- Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Obispo Auxiliar de la Diócesis de San Cristóbal, Juan Alberto Ayala Ramírez, mi gratitud por presidir esta solemne Eucaristía privada en acción de gracias por el cuadragésimo séptimo aniversario de nuestra casa de estudio la Universidad Nacional Experimental del Táchira – UNET, y digo nuestra, en representación de todo el personal docente, administrativo, obrero, egresados, jubilados, estudiantes y autoridades en general.
- La situación sanitaria que flagela la humanidad no ha sido motivo alguno que un día como hoy, 27 de febrero, llegue a pasar desapercibida este acontecimiento, por el aporte incalculable que esta casa de estudio ha contribuido en la cultura tachirense.
- Es bien sabido, que recientemente Su Santidad Francisco convocó y celebró un consistorio en el que ha llamado la atención que, entre los elegidos para ser creado cardenal de la Santa Iglesia Católica, se encontraba un sacerdote llamado Mauro Gambetti, que no solo se destacaba por su impecable condición religiosa, sino que también había resaltado en su nivel académico, como egresado de la Universidad de Bolonia, en el campo de la Ingeniería Mecánica.
- Nuevamente la historia hace visible la gran importancia que tiene la fecunda relación entre la razón y la fe, entre la ciencia y la teología, entre la cultura y la fe cristiana; cómo muy bien lo afirmaba San Juan Pablo II “la fe y la razón son como dos alas que elevan el espíritu humano a la contemplación de la verdad”.
- La verdad de la ciencia empírica y la verdad de la fe cristiana, aunque tienen caminos y métodos científicos propios de su estudio, sus resultados, si no han sido contaminados por ideologías o filosofías irracionales, nunca podrán contradecirse porque tienen como fuente, la verdad absoluta, Dios; como muy bien lo recordaba el científico francés Louis Pasteur, Padre de la microbiología moderna: “un poco de ciencia nos aleja de dios y otro poco más nos acerca a Él”.
- Si pretendemos ser libres, toda universidad por antonomasia es investigadora, educadora y promotora de la verdad. Hoy, en día, los ciudadanos exigen más que nunca que no se apague ni escondan la luz de la verdad; y por ello, muchos miembros de las casas de educación superior siguen aferrados al grito de la libertad y, a su vez, siguen incansablemente labrando en el campo de la ciencia y la fe.
- En este momento, llega a mi memoria, un profesor universitario, Leonardo Pérez del Departamento de Matemática de la UNET, mientras expresaba su descontento ante la injusticia que se vive en la comunidad universitaria, no obstante, con esa misma fuerza también impartía con ingenio y fe, su cátedra de docencia en una esquina externa de la universidad, manifestando así su ser como hombre de ciencia y fe intentando abrir un camino, con acierto o no, pero ciertamente queriendo hacer brillar muy en alto la importancia de la luz de la verdad ante la imposición de las tinieblas del conformismo e indiferencia a la cual pretenden ser sometida nuestra sociedad venezolana.
- Doy gracias a Dios, por todo el personal y líderes estudiantiles que también aportaron en su momento su ingenio y fe para que participara como estudiante en esta casa de estudio de la UNET, y además, haber tenido la gran responsabilidad de poder ejercer como docente en el ámbito universitario; y así, son los invaluables testimonios de egresados y jubilados que se sienten orgullosos y bendecidos en formar parte de la gran familia unetense.
- Esa maravillosa oportunidad académica, también quiero que lo experimenten y valoren las actuales y futuras generaciones. Por ello, en varias ocasiones he salido al encuentro de mis colegas profesores, mis estudiantes de cátedra y, sus respectivos líderes para que este ideal se siga concretando con pequeños y contundentes pasos que motive a todo estudiante universitario en conservar la esperanza cierta que su formación universitaria está garantizada por el respaldo de una comunidad universitaria unida.
- No queremos figuras mesiánicas, queremos una cultura de excelencia académica y de valores cristianos, de la cual se ha caracterizado la UNET a lo largo y ancho de sus 47 años de historia académica, puesto que a la UNET no se le recuerda principalmente por los buenos salarios de su personal, ni por la potencialidad del financiamiento económico que generaba como miembro egresado, sino por la calidad humana, ética y profesional que se vivía y enseñaba como institución de este noble campo universitario tachirense.
- Por eso, les exhorto a todo el personal universitario que pongan su cargo académico a la orden de la sociedad, sin temor y sin temblor, ya que la sensatez y la caridad cristiana deben ser las “coordenadas cartesianas” en virtud del bien común en el ámbito universitario venezolano.
- Toda alma mater debe consistir en colocar todo nuestro esfuerzo para que nuestras capacidades humanas, intelectuales y cristianas hagan brillar con mayor plenitud y entusiasmo el ingenio y la fe de la actual y las futuras generaciones que la sociedad venezolana requiere urgentemente.
- Y en eso, estoy muy claro, para muestra un botón, por la bondad y divina providencia, estamos celebrando esta solemne Eucaristía en el Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino, donde están configurándose los futuros sacerdotes del Táchira, y tengo la certeza plena que cada uno de ellos tienen gran ingenio y fe, porque ciertamente Dios ha estado formando los ciudadanos que cada época peculiar ha necesitado de sus aportes, y más aun sabiendo que “todo lo que viene de Dios es bueno” como bien lo decía un buen y maravilloso ingeniero egresado de la UNET.
- No tengan miedo! La universidad venezolana sigue brillando como referencia institucional, dentro y, ahora por la situación país, fuera de Venezuela, cuando contemplan y agradecen los grandes valores éticos y profesionales que están caracterizando a los hombres y mujeres de la academia oriundos de Venezuela en incontables rincones del mundo actual, como bien lo confirma el científico y cristiano, el Beato electo, José Gregorio Hernández Cisneros “una fe que se practica, es una fe que se hace cultura”.
- Todos somos corresponsables en la construcción del reino de la verdad en los diversos campos que la Divina Providencia y la sociedad ha requerido de nuestro servicio, ello implica más que nunca la lealtad representado simbólicamente por color rojo del traje eclesiástico del cardenal Mauro Gambetti, de manera análoga, la lealtad de los académicos, científicos, profesionales y estudiantes universitarios venezolanos serán bien recordados porque supieron iluminarse y alimentarse de la fuente de la verdad absoluta, Nuestro Divino Maestro, que nos hace verdaderamente hombres y mujeres plenamente libres.
- Mi gratitud a Mons. Mario del Valle Moronta Rodríguez por su confianza en permitirme culminar mi carrera universitaria y más aún haberme brindado la bendición de poder servir a la gran familia unetense. Mil gracias Mons. Mario Moronta por su visión de futuro que va más allá de un análisis estructural físico, porque el verdadero desafío de nuestro tiempo es la edificación de la estructura cultural de la verdad, la justicia y la caridad.
- Que María del Táchira, Nuestra Señora de la Consolación, y que San Rafael Arcángel, medicina de Dios, lo siga conservando en salud, sabiduría y santidad, rumbo al centenario de la Diócesis de San Cristóbal, lámpara viva que alumbra y acompaña nuestra historia venezolana.
- Que Dios bendiga a la UNET, camino a sus bodas de oro institucionales. Que Dios bendiga a las universidades del Táchira. Y que Dios siga bendiciendo nuestras heroicas y gloriosas universidades e institutos universitarios de Venezuela!