La Diócesis de San Cristóbal impulsa el proceso de beatificación de la Sierva de Dios Amanda Gilesth Ruíz Suárez, más conocida como “Amandita”. Tal como refiere la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal Venezolana, la causa inició el 22 de noviembre de 2018, motivada por el Obispo de la Diócesis, Monseñor Mario Moronta, quien expresó que, aunque se piensa que quienes suelen acceder a estos procesos son adultos, sacerdotes, consagrados y consagradas, la historia demuestra algo diferente, al tener varios niños y jóvenes santos en la Iglesia.
En aquel momento, el Obispo de San Cristóbal invitó a todos quienes hayan conocido a la Sierva de Dios Amanda Ruíz, ya sea en su vida familiar, en la comunidad o en los centros de salud donde recibió tratamiento, presenten su testimonio ante la oficina de la causa. Y el 5 de abril de 2021, en la Curia de la Diócesis de San Cristóbal, se instaló la comisión de la pastoral de la santidad, para la promoción y apoyo de las causas de beatificación y canonización en esta jurisdicción eclesiástica.
La comisión histórica para la causa de beatificación y canonización de la Sierva de Dios Amanda Ruiz quedó integrada por el Pbro. Jesús Alfonso Duque, Pbro. Edgar Sánchez y Pbro. Emmanuel Pernía, quienes tienen la tarea de buscar y recoger todos los escritos de la Sierva de Dios aún no editados, documentos históricos, manuscritos o impresos, relacionados con las causas.
Amandita, «página viva del Evangelio de la Alegría»
Amandita – expresó el también primer Vicepresidente de la CEV en un mensaje difundido en las redes sociales el pasado miércoles 2 de junio- nació el 11 de mayo de 1999 en el hospital Central de San Cristóbal. Junto con sus padres vivió su infancia en el barrio la Bermeja de la misma ciudad, y se caracterizó siempre por su espíritu alegre y jovial, con la capacidad de unir a todos los que le rodeaban y de hacer amistad. A los 3 años le diagnosticaron leucemia, que soportó con el acompañamiento de sus padres. Estuvo a punto de morir hacia el año 2003. Sus padres se aferraron a la oración y a los pocos días regresó a su casa: allí cumplió una hermosa labor, consciente, a pesar de su corta edad, de que debía alegrar la vida de sus padres y, en cierto modo, prepararlos para su propia muerte.
De notable madurez espiritual por su amor a la vida cristiana, mostró en todo momento esperanza y confianza en Dios. Cuando de nuevo le fue diagnosticada la leucemia, en una conversación con su médico tratante le hizo saber que ofrecería todo por hacer que sus padres, familiares y amigos permanecieran unidos y en comunión con Dios. Aún con sus dificultades, hizo una hermosa tarea de evangelización, con la que contagió esperanza a todos. Fue amiga de varios sacerdotes a quienes solía acompañar cuando se preparaban para la Celebración Eucarística. Pocas horas antes de morir comunicó a sus padres que había cumplido su misión en la tierra, y les pidió que no sufrieran por su partida, ya que les acompañaría desde el cielo. Falleció el 21 de septiembre de 2005 a los 6 años de edad. Su corta vida fue una página viva del Evangelio de la Alegría. Muchas personas han acudido a ella para solicitar favores e intercesión ante el Dios Uno y Trino. Goza de fama de santidad.
Monseñor Mario del Valle Moronta invita a orar por el éxito de esta causa, para que “pronto podamos tener la gracia de la beatificación y canonización de Amandita, la Sierva de Dios”.
Oración para pedir gracias a Dios por intercesión de Amanda Ruíz:
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