Este 26 de julio, la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés) publicó en su informe de mitad de año que el número de civiles muertos o heridos en la guerra en Afganistán ha aumentado considerablemente desde que las tropas de EE.UU. y de otros países occidentales comenzaron a retirarse del territorio afgano.
Un total de 1.659 civiles murieron y 3.524 resultaron heridos en el primer semestre de 2021, lo que representa un aumento del 47 % con respecto al mismo período en 2020.
El 46 % de las víctimas fueron mujeres y niños. Los talibanes y otros militantes fueron responsables del 64 % de las bajas civiles, mientras que el 25 % se atribuyó a las fuerzas progubernamentales y el 11 % al «fuego cruzado» entre las partes en conflicto.
Además, la UNAMA solo registra los casos que es capaz de verificar de forma independiente, por lo que las cifras reales podrían ser mayores.
Desde que las fuerzas de la coalición occidental liderada por Estados Unidos comenzaron a retirarse de Afganistán a principios de mayo, los insurgentes han librado una ofensiva abrumadora en todo el país, tomando decenas de distritos rurales y despertando temores de que el Gobierno entre en crisis. Desde entonces, se ha apreciado un aumento alarmante de víctimas civiles. Según el informe, 783 personas murieron y 1.609 resultaron heridas entre mayo y junio, la cifra más alta para esos meses desde que la misión de la ONU comenzó a llevar registros en 2009.
«Un número sin precedentes de civiles afganos perecerá y quedará mutilado este año si no se detiene el aumento de la violencia», dijo Deborah Lyons, enviada del secretario general de la ONU en Afganistán.
Por su parte, el jefe del Comando Central de Estados Unidos ha prometido que, a pesar de la retirada de Afganistán, los militares norteamericanos seguirán apoyando al Gobierno del país con ataques aéreos contra los talibanes, al menos «en las próximas semanas».
Se espera que la retirada finalice el 31 de agosto. Esta se produce en virtud de un acuerdo con los talibanes alcanzado bajo la Administración de Donald Trump. A cambio, los talibanes se comprometieron a entablar conversaciones con el Gobierno nacional para alcanzar una solución pacífica a la prolongada guerra en el país.