Lo que Jesús inició el Jueves Santo en el CENÁCULO consagrando el pan en Su “Cuerpo entregado”... y el vino en Su “Sangre derramada”, lo consumó el Viernes Santo en el altar del CALVARIO entregando Su Cuerpo y derramando Su Sangre…, y lo llevó a plenitud en su resurrección
“Él se convierte en el Cireneo que nos ayuda a cargar nuestros propios dolores. Dejemos que Cristo cargue aquello que nos pesa y ayudemoslos a cargar su cruz en esta Semana Santa”
La noche de este viernes, 10 de septiembre, el Papa acudió a la Basílica de Santa María La Mayor para rezar ante el icono de la Virgen Salus Populi Romani: un acto de confianza que siempre precede a la salida del Papa en sus viajes al extranjero. Por lo tanto, tal y como indica la Oficina de Prensa del Vaticano, el momento de oración fue también de preparación para la peregrinación que comienza mañana, 12 de septiembre, y termina el miércoles 15.
En la capilla Borghese, que custodia el icono de la Virgen con el Niño en brazos – la Salvación del pueblo romano que se ha encomendado a ella en cada momento de dificultad – el Papa Francisco depositó primero un ramo de flores en el altar y luego se recogió en oración.
Lo que Jesús inició el Jueves Santo en el CENÁCULO consagrando el pan en Su “Cuerpo entregado”... y el vino en Su “Sangre derramada”, lo consumó el Viernes Santo en el altar del CALVARIO entregando Su Cuerpo y derramando Su Sangre…, y lo llevó a plenitud en su resurrección
“Él se convierte en el Cireneo que nos ayuda a cargar nuestros propios dolores. Dejemos que Cristo cargue aquello que nos pesa y ayudemoslos a cargar su cruz en esta Semana Santa”