El Papa Francisco dialogando con los periodistas en el vuelo de regreso de Eslovaquia, ha hablado del diálogo con las autoridades húngaras, del antisemitismo y de las vacunas, así como también de la comunión a los políticos que aprueban leyes sobre el aborto.
Gerard O’Connell (América)
Usted ha dicho a menudo que todos somos pecadores, y que la Eucaristía no es un premio para los virtuosos, sino una medicina y un alimento para los débiles. Como Usted sabe, en los estados Unidos, tras las últimas elecciones, hubo una discusión entre los Obispos sobre dar la comunión a los políticos que apoyaban las leyes del aborto, y hay Obispos que quieren negar la comunión al Presidente y a otros funcionarios. Otros Obispos están a favor, otros dicen que no hay que usar la Eucaristía como arma. ¿Qué opina y qué aconseja a los Obispos? ¿Y usted, como Obispo, en todos estos años ha negado públicamente la Eucaristía a alguien?
Nunca he negado la Eucaristía a nadie, ¡no sé si alguien ha venido en estas condiciones! Esto como sacerdote. Nunca he sido consciente de tener delante a una persona como la que describes, eso es cierto. La única vez que me ha pasado algo bonito fue cuando fui a celebrar la Misa en una residencia de ancianos, estaba en la sala y dije: ¿quién quiere la comunión? Todos los ancianos levantaron la mano. Una ancianita levantó la mano y tomó la comunión y dijo: «Gracias, soy judía». Y le dije: «¡Lo que te he dado también es judío!». La comunión no es un premio para los perfectos – pensemos en el jansenismo –, la comunión es un don, un regalo, es la presencia de Jesús en la Iglesia y en la comunidad. Entonces, los que no están en la comunidad no pueden comulgar, como esta señora judía, pero el Señor quiso premiarla sin que yo lo supiera. Fuera de la comunidad – excomulgados – porque no están bautizados o se han alejado. El segundo problema, el del aborto: es más que un problema, es un homicidio, quien aborta mata, sin medias palabras. Tomen cualquier libro de embriología para estudiantes de medicina. La tercera semana después de la concepción, todos los órganos ya están ahí, incluso el ADN… es una vida humana, esta vida humana debe ser respetada, ¡este principio es tan claro! A los que no pueden entenderlo, les haría esta pregunta: ¿es correcto matar una vida humana para resolver un problema? ¿Es correcto contratar a un sicario para matar una vida humana? Científicamente es una vida humana. ¿Es correcto sacarlo para resolver un problema? Por eso la Iglesia es tan dura en este tema porque si acepta esto es como si aceptara el homicidio diario. Un Jefe de Estado me decía que el declive demográfico comenzó porque en aquellos años había una ley tan fuerte sobre el aborto que se realizaron seis millones de abortos y esto dejó una caída de los nacimientos en la sociedad de ese país. Ahora vamos a esa persona que no está en la comunidad, no puede comulgar. Y esto no es un castigo, está fuera. Pero el problema no es teológico, es pastoral, cómo gestionamos los Obispos este principio pastoralmente, y si miramos la historia de la Iglesia veremos que cada vez que los Obispos no han gestionado un problema como pastores han tomado partido por el lado político. Pensemos en la noche de San Bartolomé, herejes, sí, degollémoslos a todos…. Pensemos en la cacería de brujas…. en Campo di Fiori a Savonarola. Cuando la Iglesia para defender un principio, lo hace de forma no pastoral, toma partido en el plano político, y así esto ha sido siempre así, basta con mirar la historia. ¿Qué debe hacer el pastor? Ser pastor, no condenar. Sé un pastor, porque es un pastor también para los excomulgados. Pastores con el estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura. Toda la Biblia lo dice. Un pastor que no sabe ser pastor… No conozco los detalles de los Estados Unidos… ¿Pero si usted es cercano, tierno y das la comunión? Es una hipótesis. El pastor sabe qué hacer en todo momento. Pero si te sales de la pastoral de la Iglesia te conviertes en un político, y eso se ve en todas las condenas no pastorales de la Iglesia… Si dices que puedes dar o no dar, esto es casuística… ¿Recuerdas la tormenta que se armó con Amoris laetitia? ¡Herejía, herejía! Afortunadamente estaba el Cardenal Schoenborn, un gran teólogo, que aclaró las cosas… Son hijos de Dios y necesitan nuestra cercanía pastoral, luego el pastor resuelve las cosas como el Espíritu le indica…