En caso de descubrir a nuestros hijos en esta situación, lo primero es no reprenderlo o violentarlo, al contrario, buscar la manera más adecuada de enseñanza para orientarlos y puedan entender el mal…
Bryan Vargas – @bryan_vargas27
La internet, es una excelente herramienta de comunicación e información, que nos ayuda a conectarnos con familiares y amigos, permitiendo la interacción, diversión y aprendizaje en cuanto a su uso. Al mismo tiempo, tiene muchas desventajas, que se vuelven peligrosas y alarmantes sobre todo para nuestros niños y jóvenes.
Entre tantas cosas dañinas que podemos conseguir por medio de ella, se encuentra la pornografía que representa una de las más buscadas actualmente. Con el constante avance de los medios de comunicación y la facilidad de acceso a estas plataformas, es muy sencillo llegar a estas páginas que suministran este tipo de material sexual.
Estudios realizados por Save the Children «(Des) información sexual: pornografía y adolescencia” afirma que niños entre 8 y 12 años comienzan a consumir pornografía y es aún más alarmante, que de cada diez son siete los que obtienen este tipo de contenido.
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Debido a lo anterior expuesto, es necesario preguntarnos; ¿Los padres están conscientes del uso que le dan sus pequeños al internet? O ¿el daño que causa en la mente de los niños el consumo de estos materiales explícitos?
Para dar respuestas a estas interrogantes, se aplicaron algunas entrevistas a dos expertos en esta materia, quienes plasmaron sus opiniones al respecto. La psicólogo familiar Milagros Heredia, ha comentado lo siguiente: “el consumo habitual e indiscriminado de pornografía facilita una visión distorsionado de la sexualidad y una compulsión en espiral que desata en diversos efectos negativos en la vida del joven. Relaciones poco afectivas y plenas, llenas de insatisfacción, afecciones físicas y psicológicas, distanciamiento social, entre otras. Crea una adicción y contribuye a la desconexión con lo verdaderamente importante de la realidad, en oportunidades es una evacuación y crea vacíos emocionales”.
Tomando en consideración el daño mental, físico y emocional que genera el consumo de este contenido, se presenta una ruptura en la vida familiar, es importante saber cómo actuar con estos pequeños buscando las herramientas adecuadas para orientarlos, ayudándoles a minimizar esta problemática.
El Sacerdote Agustino Recoleto, Lcdo. Reynaldo Chirinos especialista en la orientación de la conducta en el área formativa, nos da un aporte para el abordaje familiar: “se debe tener cuidado del uso de las redes sociales, medios e internet en los niños… por el fácil acceso a los teléfonos y computadoras pueden caer en la ociosidad, curiosidad viendo estas series de actos. En caso de descubrir a nuestros hijos en esta situación, lo primero es no reprenderlo o violentarlo, al contrario, buscar la manera más adecuada de enseñanza para orientarlos y puedan entender el mal… lo importante es llevar un seguimiento en el contenido que sus hijos llevan… todo comienza desde la casa es por ello importante la buena comunicación y educación.”
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Por lo anterior expuesto, observamos como la orientación, educación y comunicación a tiempo disminuye los daños psicológicos que pueden producir esta práctica, librándolos de vicios y encadenamientos que afecten su estabilidad emocional, permitiendo un desarrollo estable en su sexualidad desde pequeños.