Trece millones de ucranianos han huido desde el comienzo de la ofensiva rusa el 24 de febrero. Para la ONU, que informa de más de 6 millones de desplazados internos y más de 7 millones de personas que han abandonado su país, se trata de la peor crisis de refugiados en Europa desde la II Guerra Mundial. Hay 5.718 víctimas ucranianas de la guerra y más de 8.000 heridos. Pero la cifra real es probablemente mucho mayor, subraya Naciones Unidas, que, entre otras cosas, considera creíbles las acusaciones contra Moscú de traslados de niños ucranianos a Rusia para su adopción, en el marco de traslados forzosos y deportaciones a gran escala. Save the Children informa que el número de niños muertos o heridos ha superado los 1.000 y que 2.400 instalaciones escolares han sido destruidas.
La UE renueva las sanciones individuales contra Rusia
Mientras tanto, los bombardeos no cesan. Ayer, una línea eléctrica de reserva entre la central nuclear de Zaporizhzhia y una central térmica cercana resultó dañada y los combates continúan en los centros urbanos del este y el sur del país. También en la región de Zaporizhzhia, la sede del partido del presidente ruso Vladimir Putin fue volada, suponiendo que se trataba de un ataque terrorista ucraniano. Los embajadores de la Unión Europea acordaron renovar las sanciones individuales contra Rusia a mediados de septiembre, mientras que el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, solicitó al Consejo de Seguridad una nueva reunión sobre armas. El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, que mantuvo una conversación telefónica con el canciller alemán Olaf Scholz, informó de los nuevos planes para reforzar las capacidades de defensa.
Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano