***Para el sacerdote ha sido una hermosa experiencia poder brindar consuelo y ayudar a los más necesitados de 12 sectores que alberga la parroquia
Maryerlin Villanueva
Fue en el año 2010, cuando el presbítero Mauro Orru llegó a tierras venezolanas procedente de Italia, para cumplir la misión de llevar el mensaje evangelizador a los hogares de distintas regiones del país.
No imaginó el representante de la Iglesia que tres años después arribaría al estado Táchira, para tener la misión de llevar la rectoría de Santa Lucía y San Mario en El Corozo a parroquia y así mejorar la atención a los feligreses de al menos 10 sectores del municipio Torbes y uno de Córdoba.
Hacerlo no fue fácil, pues tuvo que recorrer un largo camino para erigir el templo que recibe a diario decenas de personas que llegan sedientas de la palabra de Dios y quienes necesitan una atención que con gusto es brindada por el padre.
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Tomando café sentado en una silla de madera, ubicada en una pequeña sala en la que se halla un mueble, un estante con numerosos libros, un gavetero con un televisor, un cuadro hecho por él, y un teléfono fijo, el sacerdote recibió al equipo de prensa de Diario Católico para conocer detalles sobre esta importante obra de Dios.
En medio de una sonrisa y usando la frase criolla, “solo había monte y culebra”, recordó cómo era el lugar años atrás, por lo cual hoy día, se siente orgulloso de lo que junto a la comunidad ha podido lograr, para el beneficio de la misma.
Llegada
El seis de abril de 2009, un terremoto sacudió la zona central de Italia, afectando a las regiones de Abruzos y Lacio, dejando un saldo de 309 muertos, 1.500 heridos y más de 50 mil personas damnificadas. La Iglesia en la cual se encontraba Orru quedó completamente destruida.
Luego de esto, comenzó ayudar a quienes más lo necesitaban, desde un consuelo hasta la búsqueda de los muertos, pues fue un momento bastante trágico. En este tiempo, un buen amigo suyo le comentó que sería la persona ideal para cumplir la tarea de misionero, cuyas palabras le quedaron resonando en los oídos.
Sin darle muchas largas a los asuntos, tomó la decisión de hacer la solicitud a sus superiores, quienes negaron la petición y le pidieron que se encargara de la recuperación de los bienes culturales que se habían perdido en el sismo.
Pasado un año sus superiores aceptaron que saliera del país por al menos seis meses, dándole como opción una nación donde se hablara inglés, francés y español.
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“Elegí el español porque me pareció más sencillo. Me dieron a elegir Brasil, pero no se dio, luego México, y un día, yo un poco molesto pues ya habían pasado más de 10 meses desde que me dijeron que podía salir, al consultar sobre mi petición, finalmente me expresaron que consiguiera un pasaje directo a Caracas” expresó.
Llegó a Venezuela donde estuvo trabajando por seis meses, y al cumplirse este semestre, debió retornar a Italia, tras un período de descanso, pidió retornar al país, pues la experiencia le encantó. Esto se cumplió y nuevamente regresó, pero esta vez a Barquisimeto, en el estado Lara. Estando allí su padre murió por lo cual tuvo que volver a su nación de origen.
Con el paso del tiempo recordó a un viejo amigo, el presbítero, Lucio León, con quien se comunicó a través de correo electrónico, y a quien le manifestó su deseo de volver, es por ello que León le pide que haga la solicitud ante el obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta, a quien sin dudar le envió un correo, quien además, solo tardó 10 minutos en responder.
Cuenta Orru que vino al estado Táchira, y finalizada una Misa Crismal en La Catedral, en el municipio San Cristóbal, Moronta anunció que la entidad contaría con un sacerdote italiano que vendría a trabajar con la comunidad. Para hacerlo, debía regresar a Italia para informar a sus superiores.
En una pequeña conversación en dicho encuentro, Moronta le explicó que tenía una zona donde quería construir una parroquia o rectoría, y quería que fuera él quien la dirigiera, siendo la misma El Corozo.
Luego de esto retornó a Italia y posteriormente volvió a la región, cuya entidad le robó el corazón y por ende no podía desprenderse. Estando en el Seminario Santo Tomás de Aquino, un día Monseñor Moronta, le informó que sería el encargado de dicha rectoría.
“Le dije a Monseñor que él me había hecho ya la propuesta antes, es decir, estaba escrito que tarde o temprano yo debía llegar allá, y aquí estoy” dijo.
Esta rectoría fue creada el 21 de noviembre de 2019, para abarcar el territorio que se extiende desde la alcabala de El Cucharo hacia el sur, hasta los límites con el municipio Torbes. En el Este, con el municipio Córdoba desde el puente El Tambo, y la margen sur del Río Quinimarí. Limitará además con el municipio Junín, por ello abarca la aldea Estación Santa Ana hasta el sector La Petrolea.
Vale destacar que antes de convertirse en una rectoría era una capilla, la cual dependía de la parroquia El Rosario, y luego de Cuesta del Trapiche, cuyo sacerdote venía al menos una vez al mes para celebrar la eucaristía.
Parroquia
La parroquia Santa Lucía y San Mario es la número 94 en la región, pero para lograr esto, debía tener ciertos requerimientos para cumplir a cabalidad un trabajo pastoral, como lo es, casa cural, y otras áreas.
El nombre proviene, según relato del sacerdote, por la llegada de una imagen de Santa Lucía como pago a una promesa de un hombre a esta santa por la curación de su hija.
“Me contaron las personas de la comunidad que un señor estaba buscando una Iglesia dedicada a Santa Lucía para hacer entrega de una imagen, pero que no la hallaba. El feligrés comentó que esperaba donarla y por tanto la misma se quedó en la Iglesia. Cuando Monseñor creó la rectoría decidió agregarle San Mario” apuntó el sacerdote.
Durante este tiempo ha podido compartir miles de experiencias con los habitantes de los diversos sectores que arropa la parroquia. Comenta que poco tiempo pasa en la casa cural, pues siempre está en la calle ayudando al prójimo.
“Cuando llegué aquí no había nada, solo el templo, por lo que poco a poco hemos construido lo que hay y esperamos seguir avanzando para culminar todos los proyectos que tenemos planificado” puntualizó.
La parroquia Santa Lucía y San Mario cuenta con el templo, sacristía, oratorio, un columbario, salón parroquial, casa cural, y una casa de retiro que están en construcción.
Además, abarca zonas como, El Cucharo, Sabana Larga, Terrazas de Sabana Larga, Eleazar López Contreras, Las Cruces, Santa Lucía, La Pampa, El Corozo, La Ranchera, Campo Alegre, Estación Santa Ana, y Quince Rojo, con una suma de 11 mil habitantes.
De las zonas que abarca la parroquia las más zonas más alejadas es la Estación Santa Ana, es por ello que cada dos meses el párroco se muda para dicho lugar y dura alrededor de una semana para visitar a las familias.
En la Iglesia cuenta con más de 100 colaboradores, entre niños, jóvenes y adultos.
Migrantes
Durante la pandemia recibió a los migrantes, quienes llegaban en grupos de 10 o 20 personas, a quienes les ofrecía una comida y hospedaje en la noche para que al siguiente día pudieran continuar con su camino.
Para el párroco fue gratificante esta ayuda, pues al vivir lejos de sus seres queridos, las comunidades que tiene la parroquia se convirtieron en su nueva familia.
