El presbítero Jean Carlo Medina Poveda, vicario de la parroquia Santísima Trinidad, explicó cómo el capítulo cinco del evangelio de San Mateo, hace un pequeño compendio del mandamiento del amor a Dios y al prójimo, ofreciendo lo que se podría decir, una guía para generar un proyecto de vida cristiana, o al menos proponer algunos objetivos que nos acerquen más a Dios.
“Esto es lo que se ha presentado en las lecturas de los últimos domingos, las bienaventuranzas, el ser sal de la tierra y luz del mundo, la perfección de la Ley de Dios y el amar a nuestros enemigos”, dijo.
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Continuó diciendo el presbítero que en las bienaventuranzas, Jesús describe las actitudes y acciones de los llamados a participar de la gloria del padre: los pobres de espíritu, los pacientes, los compasivos, los que padecen injusticias, y los que trabajan por la paz.
Al cierre del capítulo cinco, Mateo relata la enseñanza de la perfección del amor, que consiste en amar a los enemigos, es decir, “es el llamado a la misericordia, la misma que Jesús manifestó en el momento de su crucifixión, cuando dijo padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
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Expresó que llevar a la práctica esta palabra evidentemente no es una tarea sencilla, que se pueda realizar de forma automática. De hecho, puede representar un momento crítico en la vida de fe, pues la razón humana se va a resistir al llamado, sin embargo, es posible emprender el camino y en el tiempo de cuaresma, apoyados de la oración, el ayuno y la penitencia.
Ana Leticia Zambrano