En este artículo deseo llevarlos a mirar y profundizar a la persona humana, para determinar en su personalidad tres estados característicos del Yo. Cada uno de ellos es un sistema regular de sentimientos y conductas: la Conciencia, la Razón y el Sentimiento. Esto permitirá hacer una revisión de vida en la pareja, que oriente a una vida reflexiva y proactiva.
En primer lugar, la conciencia integra todas las figuras significativas que han ejercido alguna influencia en la infancia. Se desarrolla en niños a medida que registran y asimilan las actitudes y comportamientos de sus padres, que influye en el pensar, sentir y comportarse. Los niños graban y hacen todo lo que vieron hacer a sus padres, todos los códigos morales del “debes y no debes”.
En la niñez se asimila no sólo las palabras, sino el tono de voz, los mimos y halagos, miradas, sonrisas, golpes, agresiones. Esto es lo que lleva luego a desarrollar la conciencia crítica, cuando asumimos actitudes de cumplir el deber o somos muy compasivos y comprensivos. En esto, observamos que la conciencia puede ser positiva cuando nos anima y alimenta, pero a su vez perjudicial cuando castiga.
Por tanto, sólo aquellas personas que se dan cuenta de la fuerza de su conciencia y desean cambiar y crecer en la vida, pueden compartir una vida común matrimonial, dando espacios a su razón y sus sentimientos, logrando equilibrio interior y respeto por su pareja.
En segundo lugar, la Razón es como la computadora que acumula datos, observaciones, hechos, experiencias y las procesa. Halla los hechos, prueba las realidades, ve las posibilidades y toma decisiones en la vida, cuando la persona recuerda, pregunta, clasifica, aclara, interpreta, evalúa, planifica y elige, decimos que su razón predomina en esos momentos.
En tercer lugar, el sentimiento se comprende de emociones espontáneas, aprendidas o condicionadas de dolor o felicidad, soledad o acompañamiento, todo ello plasma la parte infantil de la personalidad.
Cuando el sentimiento negativo, como el rencor, el odio y la rabia, domina la razón, sucede que se ha apoderado de la persona, esto lleva a la autocrítica y surgen sentimientos negativos de rechazo, persecución e indiferencia que hacen sentir mal.
Por otra parte, las experiencias emocionales positivas de la persona hacen que sea amorosa, afectiva, curiosa, imaginativa y creativa. Vive sus emociones en forma natural y espontánea, se vuelve expresiva, libre e intuitiva. Por el contrario, puede aparecer lo agresivo, terco, rencoroso, celoso, envidioso, insatisfecho, retraído, deprimido. Cada uno tiene lo que ha recibido.
Vivir en pareja es ir reconociendo estos tres estados de vida entre ambos (la conciencia, la razón y el sentimiento), de modo que vayan creando una armonía en su relación.
Es crear espacios para que surjan reacciones espontáneas de la conciencia y el sentimiento, fortaleciendo la razón y permitiendo a la persona crecer en autonomía y libertad verdadera.
Ahora, te dejo estas interrogantes para que profundices lo leído ¿Cuáles serían los peligros en tu matrimonio, si tu pareja tiene una conciencia crítica, sin interactuar con la razón y el sentimiento? ¿Cuáles son los indicadores de una pareja que vive con predominio de la razón?
Señor, haz que pueda descubrir mis sentimientos, razones y valores. Mi vida es fruto de lo que han sembrado en mí. Te pido que me ayudes a descifrar el origen de mis sentimientos y emociones, para orientarlos y sanarlos desde mi conciencia. Ayúdame Señor a renovar mi conciencia, según la ley del amor que tú nos has dejado, ilumina mi mente para comprender todo desde tu voluntad.
Pbro. Jhonny Alberto Zambrano Montoya