¿Con qué finalidad creó Dios a la persona humana hombre y mujer? Es bueno pensar que la mujer posee las cualidades propias de la intuición, sensibilidad, sentido maternal, la mujer ve la realidad de un modo más intuitivo y rápido. Por otra parte, el hombre se mueve por el razonamiento y sentido práctico, es exacto y ordenado, piensa, calcula y prevé obstáculos. Mientras que el hombre tiene un amor más dinámico y activo, la mujer es más receptiva, invita al amor y enseña al hombre a amar.
La relación sexual no se limita a los órganos genitales, ella encuentra su sentido pleno en la integración de una relación comprometida, en donde la pareja aporta todo su ser y su intimidad.
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En este sentido, la relación sexual deja de ser un mero placer genital, para convertirse en una relación consciente y responsable, con un objetivo muy claro: el desarrollo pleno de la personalidad de los esposos en todas las dimensiones. La sexualidad humana es creación de Dios y el sexo identifica lo que somos, no es algo que hacemos.
Por tanto, al prepararse para el matrimonio es importante que los novios reconozcan que la sexualidad es un don de Dios. Ello conforma un aspecto de mucha significación dentro de la vida matrimonial. No hay dudas de que su vida de intimidad les proporcionará placer. Caer en la tentación de considerarlas como una simple actividad es incurrir en ciertas dificultades.
En el ámbito espiritual, cuando la pareja le deja a Dios el puesto central de sus existencias, experimentaran sus relaciones íntimas como momentos que transforman y dan sentido a sus vidas, como individuos y parejas.
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Desde el punto de vista físico, sabemos que el cuerpo es obra de Dios. A través de sus cuerpos las parejas logran comunicar lo que no es posible con las palabras. Es así como su entrega sexual llega a ser fuente de vida, una celebración de la vida.
Por consiguiente, la intimidad sexual exige corresponsabilidad para conocerse mutuamente: sus gustos, necesidades, ideas, deseos, temores, debilidades. Es necesario dialogar estos aspectos.
Todo esto ayuda a la aceptación y comprensión, condición necesaria para llegar a ser buenos amigos, buenos compañeros para la intimidad y padres satisfechos para los hijos.
Si esta condición falla, el encuentro sexual puede convertirse en un mecanismo inhumano, en un placer momentáneo, una manipulación, en una actividad pornográfica. De allí la importancia de que vaya haciendo el bien a su pareja, sintonicen en la armonía de sus relaciones, para ir construyendo caminos de felicidad en la comprensión mutua, a fuerza de respeto, humanidad y humildad.
Al ver algunas producciones cinematográficas en tendencia, podemos apreciar que la entrega sexual es algo totalmente accidental y sin importancia. La sexualidad es degradada por la cultura comunicacional. La pareja debe educarse en sus valores y capacidades, sintiéndose corresponsables en la acción y satisfacción de las relaciones.
Te invito a preguntarte: ¿Qué muestras de afecto son significativas en tu vida de pareja? Señor que pueda amar, para que crezca en nuestra relación valores donde se haga presente el respeto y la veneración por el otro, donde estemos abiertos a la necesidad de cada uno.
Pbro. Jhonny Zambrano