La resiliencia es determinante en estos tiempos de transformaciones en todos los ámbitos, hay quienes dirigen toda su energía para estudiar y otros se convierten en productores de alta gama que desde sus espacios y, con miras a crecer, presentan al mercado calidad, innovación y sabores que generan adhesión positiva que va extendiéndose entre los consumidores.
La producción de quesos artesanales en la entidad, es una fuente de ingresos en las economías domésticas por su accionar milenaria, sumada a las nuevas técnicas derivadas de otras comunidades productoras que se interconectan a través de las instituidas tecnologías de la comunicación.
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En el sector Barrio Nuevo de Caneyes, un poblado perteneciente al municipio Guásimos, una familia encabezada por una madre profesional y envestida de un aura dignificante donde la honorabilidad y la creencia suprema a Dios es premisa, se construyó hace cuatro años, con sus fluctuantes idas y venidas, La casita de los quesos, un emprendimiento donde la meta no es solo vender, sino ofertar de un producto natural que desea instaurarse en el mercado regional, nacional y por qué no internacional.
Irma Zulay Moncada Plata,8 es Licenciada en Administración y Técnico Superior en Contaduría, reside en el sector Barrio Nuevo desde hace 29 años y ostenta siete años en su actual casa de habitación. Es una madre abnegada de dos hijos, German Navas y, Milanggy Navas, los dos participantes activos de este emprendimiento familiar que nació de la curiosidad y de la necesidad de aprender y ser parte efectiva de la producción nacional.
“Hace cuatro años por medio de mi cuñado empezamos a conocer cómo se hacían quesos (…) sumado a ello comencé a investigar por internet y a través de otros amigos como elaborar el producto”.
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Moncada expresó que pese al impulso que se generó en el inició las condiciones comenzaron a ser adversas y en un punto el cierre de la producción era la única opción viable para ir en la búsqueda de otros proyectos que derivarán en mejoras económicas para sopesar este primer obstáculo.
“Cuando empezó la producción ofrecíamos al detal, principalmente a los vecinos (…) tenía una clientela bastante numerosa (…) después se evidenció una caída económica y la materia prima (la leche) se encareció y no podía incrementar el precio cada semana y se detuvo la producción”.
Durante dos años se mantuvo detenida la producción de queso y fue hasta enero de 2023 cuando, al constatar que se podría generar un reimpulso del emprendimiento dejando un valor agregado, se dio inicio una vez más a la producción, la cual, nuevamente se dirigió a los vecinos, pero con un adicional: dos comercios de la zona se unieron a la cadena de distribución.
“Retomé en enero de 2023 la producción del queso (…) sacamos 10 panelas (3 kilos) de queso, es decir 250 litros de leche, a la semana (…) la venta con los vecinos al detal continuo, pero se sumaron dos negocios cerca de nuestro emprendimiento, quienes distribuyen en otra escala el producto”.
Lo natural
Lacasita de los quesos tiene una singularidad que está por encima de sus homólogos, y es que se distingue por su fórmula de producción que evita la adición de químicos que generen dentro del producto anomalías que en definitiva son perjudiciales para la salud humana.
Moncada reitera que su compromiso va más allá de la compra –venta, la intención es además de ofrecer un producto de calidad éste se mantenga natural lo que lo hace diferente en sabor, textura y humedad de los demás.
“Hay que saber ofrecer mi producto, porque es diferente y además me caracterizo por ser una persona honesta toda la vida, todo lo que hago tengo que hacerlo bien y, de ahí en adelante Dios dirige todo (…) yo no trabajo para los hombres sino para Dios, por eso es que todo hay que hacerlo bien”.
Bajo esta premisa se erigen con una producción de calidad que día a día batalla con proveedores de materia prima y con cánones específicos en mediciones milimétricas para que el producto elaborado sea presentado al consumidor con los estándares de calidad, sabor y, precio.
“Lo que la gente opina de mi queso es que es especial porque no contiene aditivos (…) nosotros no le colocamos nada al queso por eso es que lleva un poco más leche que uno normal (…) no le colocamos ni aditivos, ni químicos, ni ácidos es natural y en eso se centra la diferencia”.
Metas
La intención a mediano y largo plazo, subraya Moncada, es crecer como emprendimiento, para ello, ya ha visitado entidades financieras para acceder a créditos que puedan dar el impulso necesario para sumar puntos de distribución, puestos de empleos y, así consolidar el sueño de ser empresa.
“Queremos este año alquilar un local para incrementar la producción (..) sumar más trabajadores retomar el proyecto inicial con el cual comencé hace cuatro años donde dos personas me ayudaban”.
Sin embargo, no está lejos de una realidad que la aqueja, las dificultades para crecer hacen que los sueños se dilaten y con ello es la esperanza la única que la mantiene expectante.
“Falta apoyo económico y traen quesos muy baratos del llano (…) mi producto es natural y, al no utilizar otros elementos su costo se eleva y no se puede competir (…) y no quiero cambiar mi queso (…) el que compra es porque quiere hacerlo porque no es cualquier queso”.
Por ahora Irma Zulay Moncada Plata no se detiene, la convicción y principios son su bandera, seguir soñando hasta hacerlo realidad es su norte y, junto a sus dos hijos se mantiene en pie pese a las adversidades.
“Yo me imagino en un local muy grande con varias cocinas que me traigan mucha leche y,7. que tenga una oficina ya despachando en ventas (…) tenemos que ir para allá, esa es la visión”.
Carlos A. Ramírez B.