Con motivo de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el Papa Francisco mencionó que ésta es una gracia y al mismo tiempo una misión “es un don gratuito y, al mismo tiempo, es un compromiso a ponerse en camino, a salir, para llevar el Evangelio”. A la luz de la fe, la vocación es aquello que impulsa y prevalece para vivir con Dios en comunión de amor.
En la Sagrada Escritura, Jesús invita a orar al Padre para que envíe obreros a trabajar por el Reino (Lucas 10, 2). Además, antes de ir al cielo dijo a sus discípulos “Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación” (Marco 16,15).
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En la promoción y acompañamiento para las vocaciones sacerdotales y religiosas, la Diócesis de San Cristóbal a través del Secretariado de Pastoral Vocacional, se encarga de promover, acompañar y motivar a quienes sienten el llamado a dar su vida por el Evangelio, tal como lo refiere el presbítero Jonathan Parra, su director.
Explica que este es “es uno de los trabajos más importantes de la Diócesis, que se toma muy en serio”. Por ello, se integran en los colegios, parroquias, grupos juveniles y de apostolado para informar y motivar las vocaciones. Este despliegue se realiza en dos momentos del año, como son marzo y noviembre, de donde se conforman los grupos que participan en cursillos y convivencias como parte del proceso de ingreso al Seminario.
Labor
El presbítero comenta que, paralelamente a los encuentros vocacionales, los seminaristas, en cada parroquia diocesana se cuenta con un promotor (laico que recibe formación para orientar las vocaciones sacerdotales), quien durante un año de servicio atiende y da seguimiento a los jóvenes que tienen inquietud o han recibido el llamado a la vida religiosa.
“Además, de orar y pedirle a Dios por las vocaciones sacerdotales de la Diócesis, llevamos adelante otras iniciativas como los encuentros de niños y jóvenes con los Obispos y el Festival de la Canción Vocacional. Al mismo tiempo, la Escuela de Formación Bíblica que pertenece al Secretariado, forma a los laicos que sirven a Dios y a la Iglesia a través de la animación vocacional”.
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Menciona que, cuando los aspirantes asisten a los encuentros vocacionales y desean ingresar, se preparan para el Cursillo de Admisión que es el encuentro final para ser admitidos al Seminario. En ese cursillo hacen entrevistas, encuentros con sacerdotes y psicólogos, y de allí se selecciona a los futuros seminaristas.
El proceso de formación para la vida sacerdotal o diocesana, contempla la etapa del Seminario Menor, que consta de 5 años, es decir, el bachillerato y posteriormente el Seminario Mayor, cuando optan por la formación para el sacerdocio, que consta de un año de propedéutico, 3 años de filosofía, 4 años de teología a los que sigue un año de pastoral, es decir, labor y experiencia en una parroquia, para luego encaminarse hacia el diaconado y la ordenación presbiteral.
Perseverancia
El padre Jonathan Parra admite que “aunque estamos en una situación difícil, en la que pareciera que han disminuido las vocaciones sacerdotales y religiosas, no perdemos la fe ni la esperanza, estamos trabajando en comunión, unidos. Esa es la estrategia que estamos usando, trabajar unidos por las vocaciones, tanto de la vida sacerdotal como religiosa, de acuerdo a los carismas de cada sector”.
En lo que respecta al Seminario Santo Tomás de Aquino de la Diócesis de San Cristóbal, el presbítero sostiene que actualmente la matrícula del Seminario Menor es de aproximadamente 120 estudiantes, mientras que en el Seminario Mayor hay 60 aspirantes.
Parra observa que uno de los aspectos que aborda la Pastoral Vocacional es el hecho de que los jóvenes de hoy se muestran “a veces indecisos, pareciera que huyen a los compromisos, evitan entregarse. Estamos trabajando las carencias afectivas y psicológicas, sanando la parte humana para que la gracia de Dios pueda hacer vida y obra en ellos”.
Acota además, que como la Iglesia la integran todos los bautizados, la vocación es un don para todos: “no es solo es para la vida religiosa, también es para la vida. Para la vida matrimonial existe el secretariado de pastoral familiar”.
Novena
En coherencia con su propósito, el Secretariado de Pastoral Vocacional presentó en noviembre de 2022, un subsidio para realizar una novena por las vocaciones sacerdotales y religiosas en la región andina y más precisamente en el Táchira.
En la presentación de esta secuencia de oración, el presbítero Parra expresó que la novena “busca ser un instrumento para marcar este camino”. Así, cada día de oración se encomienda a quienes participan en la construcción del Reino de Dios en la tierra, intercediendo por tantas situaciones que se viven en este transitar.
El prólogo de esta novena, escrito del presbítero Jhonny Zambrano, vicario de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, explica que “las vocaciones son los dos brazos de la madre Iglesia para presentar el Reino de Dios a la humanidad”, siendo el primero, el de la vida sacerdotal y religiosa y el segundo, la familia, que se constituye en la iglesia doméstica y es de allí de donde saldrán las nuevas generaciones de quienes asuman el compromiso de servir a Dios y llevar su palabra a todos los rincones.
Ana Leticia Zambrano