«Todo intento de ponerse a sí mismo como protagonista de la acción litúrgica contradice la identidad sacerdotal»
Después que sus antecesores hayan denunciado el «relativismo doctrinal» (que atenta contra la verdad y el Dogma) y el «relativismo moral y ético» (que atenta contra el bien y la Moral) y han indicado doctrina y pasos pastorales para confrontar estos males y superarlos; ahora el Papa Francisco, en su afán y deseo de renovar la vida de la Iglesia, lleva cinco años denunciado y tratando de desmontar el «relativismo estético» que atenta contra la belleza y la Liturgia de la Iglesia, pero al parecer muchos sacerdotes y no de menos tantos obispos, somos los primeros que poca atención damos a este insistente llamado del Santo Padre.
Ciertas «misas amenizadas», «misas ecológicas», «misas de sanación», incluso las llamadas «misatecas», las «horas santas» protestantisadas, «homilías participativas», y otras celebraciones «litúrgicas» sui géneris, antes que celebrar y alimentar la fe de la Iglesia, sólo celebran y alimentan el estilo narcisista del celebrante y la ingenuidad de ciertos grupos de fieles. Estos estilos «sui generis» de celebrar la fe de la Iglesia, más que celebrar la fe de la Iglesia, ponen de manifiesto a los abusadores litúrgicos que rompen la comunión, van contra el sentido común de la fe de la Iglesia, y dañan la identidad católica del acto de Creer con repercusiones en el acto de vivir . ¿Puede la Iglesia relativizar y tolerar el mal que hace un «abusador litúrgico»?.
En la Evangelii Gaudium (2013) -primer documento del pontificado de Francisco-, denuncia el «relativismo estético» (n.167) que nos sumerge tanto al celebrante como al pueblo de Dios en el relativismo litúrgico el cual oscurece -dice el Papa- «el lazo inseparable entre verdad, bondad y belleza» (n. 167).
Si en el 2013 -¡hace 6 años!- el Papa Francisco denunció el «relativismo litúrgico» e invitó a la Iglesia a superarlo…, viendo que en muchos ambientes y lugares continua la sordera a esta petición…, en el 2015 pidió de viva voz a los sacerdotes -que han de obran tanto «in Persona Christi» como «in Persona Ecclesiae», evitar convertirse durante las acciones litúrgicas en unos «showman», es decir, en hombres de espectáculos.
Sin muchos adornos y con su habitual estilo directo, el Papa Francisco acuñó el término «showman» no sólo para llamar y denunciar de modo claro y directo los ABUSADORES LITÚRGICOS, sino también para pedirnos a los sacerdotes que superemos la tentación, (y en algunos casos incluso la manía y el vicio) de ser «hombres de show», hombres de espectáculo…, ya que con ese PROCEDER SUBJETIVISTA Y NARCISISTA, los sacerdotes sostenemos el «relativismo litúrgico» y vaciamos de contenido uno de los mayores tesoros encomendados a la Iglesia: la Divina Liturgia.
Concluyamos diciendo que aunque el Papa Francisco acuñó el término «showman» para impulsar y hacer resonar la necesidad de asumir y superar el «relativismo litúrgico»…, también ha sido un llamado que han hecho los anteriores pontífices.
Benedicto XVI indica a los sacerdotes que «todo intento de ponerse a sí mismo como protagonista de la acción litúrgica CONTRADICE LA IDENTIDAD SACERDOTAL» (Sacramentum Caritatis, n. 23).
Y San Juan Pablo II indicó que «el sacerdote que celebra fielmente la Misa según las normas litúrgicas y la comunidad que se adecua a ellas, DEMUESTRA DE MANERA SILENCIOSA PERO ELOCUENTE SU AMOR POR LA IGLESIA» (Eclesia de Eucaristia, n.52).
En materia litúrgica urge, pues, una verdadera «conversión pastoral» de los pastores para que lo que celebremos lo hagamos en fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Permitamos humilde y generosamente a la divina liturgia, de la cual sólo somos administradores, que actué tanto en la santificación de nosotros sacerdotes como en la verdadera edificación del pueblo…, y así la celebración litúrgica «sea agradable a Dios, Padre todopoderoso».
Pbro. Edgar Sánchez
Diócesis de San Cristóbal en Venezuela.