En un gesto de cercanía y apoyo a las comunidades afectadas por las recientes precipitaciones, el obispo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Lisandro Rivas, presidió una eucaristía de acción de gracias y esperanza en el barrio San Francisco, en la ciudad capital.
Monseñor Rivas fue recibido con muestras de agradecimiento por parte de los fieles quienes valoraron su presencia y la oportunidad de recibir la palabra del Señor en estos momentos difíciles.
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Durante su homilía, el pastor diocesano hizo un llamado a cuidar la vida, a la solidaridad con los demás y a la atención de los adultos mayores, enfatizando la importancia de escuchar y obedecer la voz de Dios.

“Gracias por el cariño con el que fui recibido, esto es un signo de comunión”, expresó Monseñor Rivas, quien resaltó el vínculo entre la comunidad y la Iglesia.

Reafirmó el compromiso de la Diócesis de “acompañar y proteger la vida de los hijos del Señor, estar cerca del dolor y no olvidar el clamor de los fieles”, recordando que “Cristo no defrauda”.

El obispo subrayó que “Cristo murió en la cruz para que la salvación llegara a cualquier rincón de la tierra y su salvación se hace presente en los momentos más difíciles que se viven”.

Al finalizar la santa misa, monseñor Rivas impartió su bendición a los niños presentes y, de manera significativa, al río Torbes. Seguidamente se realizó unas rifas, donde aprovechó de tener una mayor cercanía con las familias que hacen vida en la comunidad.

Prensa Diócesis SC
Vicaría Episcopal de Comunicación