Ciudad del vaticano
Como todas las iglesias de Italia, las Basílicas Papales también están estudiando formas de relanzar la actividad litúrgica en el marco de la «fase 2», es decir, la salida gradual del encierro, a partir del lunes 18 de mayo. Los responsables esta mañana tuvieron una reunión «organizada por la Secretaría de Estado, para tratar los nuevos aspectos de la segunda fase de la emergencia epidemiológica relacionada con la pandemia de Covid-19, con miras a reanudar las actividades litúrgicas con la población», dijo el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Durante la reunión, Matteo Bruni añadió, «se compartió la necesidad de adoptar las medidas más adecuadas para garantizar la seguridad de los fieles y la posibilidad de medir la temperatura con escáneres de temperatura, al menos para las fiestas litúrgicas».
Adaptación de las medidas de seguridad para cada iglesia
En negociaciones con la Conferencia Episcopal Italiana, el gobierno italiano ha acordado adelantar al 18 de mayo la reanudación de las celebraciones públicas en las iglesias del país (originalmente previstas para principios de junio), después de más de dos meses de interrupción. Se optó por no establecer un número máximo fijo de personas permitidas para las reuniones religiosas, sino determinar un límite de umbral en cada caso, dependiendo del tamaño de las iglesias. En este contexto, los vastos espacios de las grandes basílicas requieren naturalmente arreglos específicos para garantizar la seguridad de los fieles, peregrinos y turistas. En el caso de la Basílica de San Pedro, la Gendarmería Vaticana filtrará los accesos en estrecha colaboración con la Policía Italiana, y también se desplegarán voluntarios de la Orden de Malta para garantizar la seguridad de los peregrinos.
Además de la Basílica de San Pedro, las otras basílicas importantes de Roma son las de Santa María la Mayor y San Juan de Letrán (que es también la catedral de la diócesis de Roma), situadas en el centro de Roma, y la de San Pablo Extramuros, que está, como su nombre indica, más bien en la periferia. Aunque los lugares están dispersos, estas basílicas están bajo la soberanía del Vaticano y no del Estado Italiano. Sin embargo, desde el comienzo de la crisis del coronavirus, las autoridades del Vaticano han basado sus medidas en las tomadas por el gobierno italiano, con el fin de limitar los riesgos de reagrupamiento y por lo tanto de contagio.