¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?
Mateo 8, 28 – 34
Dos endemoniados salen al encuentro de Jesús. Se muestran como muertos en vida, aislados del mundo, dominados por el mal, al punto que todos temen encontrarles. Estos hombres representan la muerte y la soledad de los que caen bajo el dominio del mal.
Al dirigirse a Jesús le piden a gritos que si los echa les ordene entrar en una piara de cerdos. Estos eran vistos como animales impuros por los judíos, tanto que el tener contacto con ellos ya era visto como una ruina. Los cerdos, al ser poseídos por los demonios no soportan el mal y se precipitan desesperadamente al lago.
Lamentablemente quienes asisten a este episodio no valoran la obra restauradora que el Señor obró en la vida de aquellos hombres endemoniados, ahora ya libres de todo mal, sino que cerrando sus corazones al Maestro le piden que se marche de aquella región. Esta misma tentación tenemos hoy, al no reconocer las obras del Señor en nuestras vidas, y optando porque se aleje de nosotros.
Pbro. Ricardo Casanova