Desde la Diócesis de San Cristóbal se llevó a cabo la Adoración Eucarística con la que dio inició la CXIV Asamblea Ordinaria Plenaria del Episcopado Venezolano, dirigida por Mons. Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal y Primer Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, teniendo como iluminación bíblica el Salmo 137.
Mons. Moronta realizó una analogía entre la “tierra extranjera” que presenta el salmo, y la sensación del pueblo venezolano de hallarse en una “tierra extranjera” tan diferente al país anhelado. “Aunque vivimos ‘territorialmente’ en nuestra patria, sentimos que se ha convertido en ‘tierra extranjera’. Nos la han convertido en “’tierra extranjera’”, expresó el Obispo; “el empobrecimiento creciente de nuestro país, lleno de inmensas riquezas; el menosprecio de la verdadera razón de ser del desarrollo del país, como es la gente; el ver con total indefensión cómo lo que se necesita para una sana convivencia ya casi no existe”.
“Como lo dice el salmista”, continuó diciendo, “quienes han convertido Venezuela en tierra extranjera, los que no se han comprometido de verdad con la gente y sólo buscan satisfacer sus intereses particulares y ansia de poder, piden que la gente cante un himno a Dios”. Y en tono de esperanza, Mons. Moronta afirmó: “Pero lo mejor del caso, es que ese pueblo está cantando el verdadero canto a Dios: el de su confianza en Él, el de la solidaridad extrema al compartir lo poco que se tiene desde la pobreza. Es el canto de la auténtica esperanza que radica en su voluntad de ir adelante y de ser protagonista, sujeto social de la transformación que necesita Venezuela”.
El Pastor de San Cristóbal se refirió al inicio de la CXIV Asamblea Ordinaria Plenaria de la CEV, y aseveró que los Obispos, al comenzar este nuevo encuentro del Episcopado Venezolano, “Como pastores conscientes de nuestra misión y sin temor a decir que pertenecemos al mismo pueblo que sufre, podemos decir que en esta Asamblea nos hacemos eco del verdadero canto al Señor que entona el pueblo que sufre la opresión al estar en ‘tierra extranjera’”.
Mons. Moronta culminó la reflexión ante el Santísimo Sacramento, renovando la consagración de Venezuela a Él, pidiéndole fuerza para el Episcopado Venezolano en su misión de ayudar al país a entonar un canto de alabanza aun estando en ‘tierra extranjera’. “Un cántico de alabanza, ciertamente, pero que es entonado desde los corazones de un pueblo que clama, lucha y se compromete por la verdad, la justicia y la liberación en el amor que viene de Jesús Sacramentado”.