SABATINO DIOCESANO
Hay fiestas religiosas que marcan el sentir de la fe del pueblo que acude a implorar la bendición y el auxilio del Buen Dios, lo hacen colocando en Él toda su confianza, pero, muy acertadamente colocan como intercesora a la Virgen María, quien mejor que la Madre del mismo Dios para que interceda por nosotros.
Los Andes Venezolanos, y particularmente el Táchira, tienen un particular aprecio y devoción a la Virgen Madre en la advocación de Nuestra Señora del Carmen, esta devoción es heredada de generaciones en generaciones, es heredada por los abuelos a sus hijos nietos. Que tachirense no ha escuchado por las calles y aldeas ante una adversidad o dificultad ¡Virgencita del Carmen, ayúdanos!El Táchira católico, no solo profesa su fe en esta hermosa advocación, sino que también la pone de manifiesto al colocar por título patronal a la Virgen del Carmen en un buen número de parroquias, entre ellas las que se encuentran en las localidades de: Monte Carmelo, La Concordia, Macanillo, Pregonero, Hernández, Las Mesas, San Félix, Peribeca. Y como no mencionar las dos grandes lumbreras que desde Rubio y San Cristóbal, nos iluminan con su oración, los Monasterios de las Carmelitas Descalzas; y los dos oasis de misericordia en la Fría y en la Grita, las Hermanas Carmelitas de la Madre Candelaria.
Ciertamente el corazón mariano de nuestra Diócesis está en la Virgen de la Consolación, en la hermosa Basílica de Táriba, pero no cabe duda que la devoción que más sentida por nuestros pueblos es a la advocación del Carmen, y esta inclinación mariana es, como ya se ha dicho, fruto del singular afecto de nuestros antepasados, que sentían protección al hacer la piadosa súplica: Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
La fe pueblerina de hace algunos años respetaba religiosamente el 16 de julio, pausaban sus trabajos y faenas, guardaban este día aún sin ser de precepto. Las campanas resonaban alegres, los niños vestían de traje pues era la fecha de su primera comunión, se formaban las grandes y ruidosas caravanas, había honores militares, pues la Virgen del Carmen es patrona de los conductores y del Ejército.
Pero…
¿Qué ha sucedido?
¿Será que el pasar de los años ha borrado el sentido religioso de nuestros pueblos?
¿Dónde han quedado los banderines azules con blanco que adornaban este día los hogares?
¿Es que acaso los conductores militares han hecho cambio de patronato?
Ahora el 16 de julio parece ser un día corriente, y falso sería culpar la pandemia, aludiendo a que por eso este año no se realiza, pues este enfriamiento piadoso es algo que se ha venido dando desde hace algunos años. Por el contrario, con corazón contrito deberíamos aceptar que, dejándonos llevar por el agitado ritmo con que camina el mundo, nos hemos apartados de Dios, de la Iglesia, de la Virgen.
El próximo jueves 16 de julio, ciertamente celebraremos la fiesta litúrgica de la Virgen del Monte Carmelo, de la Virgen del Carmen, pero ese día deberíamos, en conciencia, reparar nuestro olvido y reavivar nuestra fe, esa fe bonita y valerosa que nos inculcaron nuestros padres y abuelos. No es de dudar que no haya hogar tachirense que no tenga una imagen o una estampita de la Virgen del Carmen en sus altares familiares.
En la Iglesia Local de San Cristóbal, que se distingue por su profunda devoción mariana, tenemos la alegría de exclamar que, por la piedad de nuestra gente y por las pinceladas de nuestra historia, el Táchira puede recibir el apelativo de… EL TÁCHIRA CARMELITANO
Carlos Peña
@seminarista.carlos