«Unimos nuestras voces a las de muchos en todo el mundo que han expresado su profundo pesar por la reciente decisión de Turquía de cambiar el estatus de Santa Sofía, originalmente un lugar de culto cristiano y más recientemente un monumento del patrimonio cultural mundial y un símbolo de inclusión», convirtiéndola en una mezquita. Así se manifestaron el presidente de la Conferencia Episcopal Australiana, el arzobispo Mark Coleridge, y el primado de la Iglesia Ortodoxa Griega de Australia, el arzobispo Makarios, en una declaración conjunta emitida este 24 de julio.
«Nuestro temor -dice la declaración- es que esto pueda agravar la tensión entre cristianos y musulmanes en un momento en el que debemos continuar en el camino del diálogo y buscar un terreno común». De hecho, «el camino de la ideología nacionalista y las decisiones políticas que provoca – continúan – sólo puede conducir a la división, que nunca es el fruto de la santa sabiduría que todas las religiones buscan».
Los arzobispos australianos, por lo tanto, rezaron por el pueblo turco, incluidos los cristianos «particularmente afligidos por esta elección», y para que » con el tiempo la decisión sea anulada, de modo que Santa Sofía pueda ser de nuevo un terreno común para todos los pueblos y un emblema de paz».
Vatican News