Monseñor José Luis Azuaje ofreció la eucaristía solemne en honor a la Patrona del Zulia por los venezolanos migrantes ante solo “una representación del pueblo” en la Basílica, debido a la pandemia
La misa pontifical en honor a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá este miércoles 18 de noviembre se celebró de manera atípica en la Basílica: a puertas cerradas y solo con una “una representación del pueblo de Dios cumpliendo con los protocolos de bioseguridad”, según anunció la parroquia San Juan de Dios.
La eucaristía en ocasión de los 311 años de la Renovación Milagrosa de la Tablita comenzó a las 8.00 de la mañana, presidida por monseñor José Luis Azuaje Ayala, arzobispo de Maracaibo, quien la ofreció a los venezolanos migrantes por el mundo y a los pobres de todas las naciones.
En su homilía, el prelado recalcó que «a pesar que parece que es un ambiente que hay normalidad, no hay normalidad, hay enfermedad y tenemos que cuidarnos todos”, en relación con la flexibilización de la cuarentena por la pandemia de Covid-19.
Recalcó que María del Rosario «quiso venir a nosotros a través de una humilde tablita, que es el reflejo del amor de Dios con nosotros».
Asimismo comentó que “la Madre de Dios nos acompaña de un modo particular por ser ella la madre de los pobres, la Virgen María conoce de cerca los sufrimientos de los que están marginados».
Recordó que María es la imagen más pura y grande de humildad pues ella, junto a su esposo José estuvieron en condición de refugiados, al tener que salir a la ciudad de Belén para dar a luz a hijo de Dios en un humilde establo, acto que marco la Sagrada Familia.
Durante su homilía, monseñor Azuaje recordó que el pasado 15 de noviembre se llevó a cabo la XXXIII Jornada Mundial de los Pobres, en la que el papa Francisco recalcó la oración a Dios y la solidaridad con los pobres y los que sufren.
«No exigan más»
A las comunidades parroquiales de Maracaibo, el arzobispo les instó a “no exigir más de lo que podemos darle en este momento que es delicado, se abren los templos con un aforo determinado”.
Se refirió a la reapertura de los iglesias con solo el 40% del aforo y cumpliendo con las medidas de bioseguridad debido a la pandemia de Covid-19.
De igual manera, indicó a los sacerdotes que están prohibidas las misas en casas de familias, en garajes y en lugares no aptos.