Como consecuencia de la crisis humanitaria compleja que atraviesa el país, son muchos los venezolanos que deben huir en búsqueda de mejores oportunidades de vida, y para ello, la Iglesia Católica en el Táchira ha venido realizando un seguimiento a los migrantes, quienes buscan apoyo o alimento en el largo camino emprendido desde los puntos más recónditos.
Y es que para cumplir esta importante misión, fue creada la casa “Esperanza Venezuela”, la cual se ha convertido en un “oasis de misericordia para los migrantes”, según lo manifestado por el presbítero, Reinaldo Contreras, rector de la Basílica de San Antonio de Padua, en San Antonio del Táchira, Venezuela y voluntario inmediato de la casa esperanza que queda contigua a la Basílica.
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Esta institución, es una casa de paso ubicado en la frontera colombo venezolana, cuyo objetivo es apoyar a los venezolanos en situación de migración con un lugar de descanso, mientras recorren su ruta, de este modo ofrecen, habitaciones, alimentación , baños , kit de aseo personal y estadía hasta por tres días.
La casa de paso es una iniciativa de la Diócesis de San Cristóbal, junto a Mons. Mario Moronta, siendo “él mismo quien quiso darle este nombre, aquí son atendidos migrantes venezolanos, quienes han decido salir del país y otros retornados” dijo el padre Reinaldo.
Un promedio de 80 almuerzos diarios se reparten en esta casa de esperanza, que ya cumple dos años con el apoyo de la Organización internacional para las migraciones.
El lugar cuenta con un médico quien de forma gratuita, brinda atención de lunes a viernes, a las personas de la comunidad, quienes han venido presentado afecciones como, dolores musculares, problemas estomacales, hipertensión, deshidratación, resfriados.
También, tienen una asesoría legal en temas de documentos, siendo la única casa que cuenta con el permiso de protección de niños niñas y adolescentes, donde “protegemos a personas víctimas de trata, contamos con espacios para personas con discapacidad” expresó.
Otros servicios
El coordinador de proyectos humanitario de la Diócesis de san Cristóbal junto a la OIM, Cristian Pastrán explicó que entre otras atenciones que ofrecen, se hallan siete puntos de control distribuidos en la región, entre ellos,Vega de Aza, San Josecito, Terminal de Pasajeros de San Cristóbal, Puente Real, Capacho, San Antonio y Ureña, en cuyos sitios se suministran hidratación, frutas, arepas, café, un joven de baño para que se laven las manos en el camino, o charlas sobre la trata de personas, entre otros.
“Tenemos otra casa de paso en Ureña especialmente para personas víctimas de trata y violación, hacemos ollas comunitarias con la ayuda de los párrocos de Ureña y San Antonio, Esa ollas son para las personas más vulnerables de la comunidad” indicó.
Mencionó el vocero que una vez al mes, se hace una feria de servicio en la casa esperanza Venezuela con colaboración de otras agencias como ACNUR, UNICEF, UNFPA, ONUSIDA, el hospital Samuel Darío Maldonado.
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En la Casa Esperanza de forma mensual son atendidas más de mil personas, mientras que en los puntos de control más de 9 mil, quienes buscan protección y alimento en su largo camino como migrantes en búsqueda de mejores oportunidades de vida.
El Papa Francisco nos invita a abrir caminos de esperanza además, que vayamos a las periferias y que nos acerquemos a los más vulnerables con una economía solidaria.
Es importante destacar que, otras casas de paso para brindar apoyo a los connacionales, fueron instaladas en el departamento de Norte de Santander, cuya información será publicada en nuestra siguiente edición.–
Maryerlin Villanueva