¿Qué ha pasado con aquella evangelización que arrastraba consigo muchas almas para Dios?
El mundo ofrece más y más argumentos en contra de la Iglesia Cristiana Católica, desencadenando odio y persecución entra de la misma. Sin embargo, dentro de todos los argumentos y retos que surgen para acabar con el cristianismo católico, hay uno que, desde adentro, está haciendo la tarea más fácil para todos. Es un argumento que pisotea más de 2000 años de tradición, e incluso deja en vilo la apologética, o defensa de la fe. En pocas palabras, deja sin modo alguno de defender la fe cristiana católica.
Ahora bien, ¿cuál es el mejor argumento en contra del cristianismo, que da cabida a los ateos, y a todos los que no están de acuerdo con la Iglesia de Cristo? ¡Eureka! Los cristianos católicos. Antes de continuar leyendo, piensa en aquello mencionado anteriormente. El verdadero problema no es la Iglesia de Jesús; las personas no atacan la Iglesia de Jesús, los férreos críticos de la Iglesia critican es a los cristianos, es decir, a nosotros los que estamos adentro de la Iglesia y que caminamos en ella. He ahí, la verdadera dificultad.
¿Por qué? Según Brendan Manning,
Afortunadamente, la verdad que encontramos en el cristianismo católico no depende del comportamiento ético, ni moral de los “seguidores de Cristo”, sino que dependen en su totalidad de Dios, así no haya nadie para que las siga. Y las verdades de Dios, siguen siendo verdad. Continuando con la idea anterior, Manning sugiere que los cristianos a veces se vuelven la piedra en el camino que impide que las demás personas se encuentren con Cristo. Siendo éste el real problema.
El Papa Francisco, en varias de sus homilías y demás documentos eclesiásticos, se ha quejado de cómo actúan los cristianos y los invita a no vivir como paganos:
En la realidad parroquial también encontramos diversidad de situaciones y personas que dan mal aspecto al cristianismo católico, alejando a aquellos que quieren acercarse a los misterios de Cristo. Algunas personas, por el hecho de pertenecer a un grupo u otro, ya se consideran superiores, o incluso salvas, con respecto a otras personas que no están en el mismo grupo. O que, por asistir a tres eucaristías, y rezar varios rosarios, ya están salvos. Ese orgullo y comportamiento de santidad, que genera superioridad por el sólo hecho de estar ahí, es el pan de cada día.
El gran Gandhi hace referencia a lo hipócritas que a veces somos los cristianos, afirmando: “Me gusta su Cristo, pero no me gustan sus cristianos. Sus cristianos son tan diferentes a su Cristo.”
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En suma, las personas rechazan el cristianismo, por la forma en que algunos cristianos viven sus vidas., con un completo anti-testimonio.
Por otra parte, la sagrada Escritura y los evangelios, “descritos” como espadas de doble filo, son injuriosos en sí. En la biblia encontramos diferentes referencias a aquellas personas que no encuentran a Cristo y viven esclavas de su pecado, viviendo en la oscuridad. Si afirmamos que Cristo es la luz, no sería nada extraño que para una persona acomodada en las tinieblas y la oscuridad, se incomode y responda con algún tipo de odio. Es la típica escena de encender la luz a alguien a las 2 am; sólo has de recibir enojos y quizás insultos. Podríamos considerar que a las personas no les gusta que les digan que lo que practican en su vida, no está bien y deben corregirlo, más aún si se trata de un joven.
Según, verdad y fe, “el cristianismo automáticamente asume un donador de Ley Moral. Eso significa que Dios tiene un estándar de bien y mal que tiene que ser sostenido – y siempre será visto por los que rechazan a Dios como sentencioso. No sólo eso, sino que la declaración de Jesús cuando dijo que NADIE viene al Padre si no es a través de Él (Juan 14,6), automáticamente juzgan a las demás religiones como erróneas y las elimina como posibles caminos a Dios. Es como un balde de agua fría al que piensa que todos vamos al cielo.”
Según Robin Schumaher, cristiano protestante,
Todo lo mencionado hasta aquí, da apertura para que los no creyentes, sigan hallando razones para no creer y no adherirse a Cristo ni a la Iglesia. De este modo, “si los cristianos católicos son indistinguibles del mundo, mientras que regularmente predicamos en contra de él, no se sorprenda cuando los no-creyentes nos vean y nos señalen como hipócritas.”
La veracidad de la situación es que necesitamos ser mejores que quedarnos sólo en palabras y gestos simbólicos; hemos de reconocer que somos los representantes de Cristo para muchas personas, por lo tanto, el único ejemplo de Él que tendrán en sus vidas, y si no nos parecemos a Cristo. ¿A quién seguirán? El apóstol san Pablo dijo a los Corintios y hoy, nos lo dice a nosotros también: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” (1 Corintios 11,1). Es decir, que las personas no nos vean a nosotros, sino que vean a Cristo. De este modo, decir estas palabras debe ser la meta de todo cristiano.
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Por último, el Papa Francisco invita a los
De esta manera, el mejor argumento para defender la fe ante los “ataques” gnósticos, científicos, filosóficos y demás, es tener una vida que imita a la de Cristo.
Maicol Adrián Castro / Diario Católico