Una paradoja: en América Latina, la devoción mariana es muy importante, hay santuarios de las diversas advocaciones y son relevantes. En dicho continente, también “muchísimas Marías son víctimas de atropellos atroces a su dignidad, situación que se ha profundizado durante la pandemia”. Este fue el escenario descripto por Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo (Perú) y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), durante su intervención en el lanzamiento del Observatorio Mundial de las Mujeres de la UMOFC el pasado 14 de junio en Roma.
“Se las invisibiliza, son víctimas de violencia de género, se deteriora su autonomía económica, se les empobrece su realidad, se daña su salud física y mental, se deteriora su acceso a la educación, aumenta la xenofobia y el racismo en contra de ellas, crece el crimen organizado para la trata de mujeres, y también la desigualdad económica”, expresó Cabrejos.
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Anunciar, denunciar, actuar
Tras su exposición, Radio Vaticana – Vatican News conversó con Monseñor Cabrejos para profundizar en sus comentarios y ampliar en la labor de la Iglesia de América Latina y el Caribe a favor del respeto de los derechos de la mujer.
Cabrejos afirmó que la Iglesia en el continente “anuncia y denuncia”, es decir, “anuncia el Reino y denuncia aquello que lo agrede. Anuncia la dignidad de la mujer y denuncia aquello que la daña”.
Según el presidente del CELAM, el informe sobre el impacto del Covid-19 en las mujeres latinoamericanas y caribeñas, elaborado por la UMOFC, es muestra de ello. No obstante, Cabrejos puntualizó que la Iglesia no se queda allí, pues también ejecuta numerosas iniciativas pastorales en formación, defensa y promoción de la dignidad de las mujeres. Y citó iniciativas muy concretas que se desarrollan en beneficio especialmente de las más pobres, como casas de acogida para mujeres sin hogar; víctimas de trata y migrantes; comedores populares; programas de educación y capacitación; formación de cooperativas de trabajo; programas de salud, entre otras.
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“En realidad, frente a cada problema que afecta a las mujeres, así como frente a situaciones de pobreza, siempre hay una iniciativa pastoral que ofrece acogida solidaria, en todo el territorio latinoamericano y caribeño”, enfatizó el obispo.
“Para el CELAM la tarea es visibilizar esta realidad”
De acuerdo con Cabrejos, la calidad de vida para las mujeres en tiempos de COVID ha sufrido un empeoramiento significativo: 118 millones de mujeres viven en situación de pobreza en América Latina y el Caribe. Como señaló Cabrejos, casi el 30% no tienen ingresos propios, una de cada cuatro mujeres se casa o inicia convivencia antes de los 18 años.
“Tenemos en América Latina y el Caribe la más alta tasa de femicidios”, aseguró Cabrejos.
Como explica Cabrejos, “la brecha salarial aumenta, mientras que la brecha digital impide a muchas mujeres acceder al teletrabajo. Se han profundizado las prácticas discriminatorias. Han caído las atenciones sanitarias a mujeres, especialmente los controles de embarazo. La lista es mucho más amplia”.
“Pedimos a los Estados los asuman. Pero no podemos quedarnos a la espera de soluciones públicas. Por ello ponemos en acción el amor cristiano, samaritanamente, atender la situación de muchísimas mujeres mediante iniciativas de solidaridad con ellas en los millares de diócesis, parroquias y capillas. La Iglesia nunca deja de servir a quienes tienen necesidad”.
Sebastián Sansón Ferrari
Vatican News